Los ciudadanos esperan que el cabildo les retribuya por el uso del espacio de la estación guamaní
Un barrio del sur desfiló para exigir seguridad vial al Alcalde de Quito
Unos 150 alumnos de las unidades educativas Vida Nueva y Madre María Berenice recorrieron ayer el barrio Matilde Álvarez (sur de Quito) junto con sus bandas de paz.
El desfile buscaba llamar la atención de las autoridades municipales, en especial del alcalde Mauricio Rodas, sobre los problemas derivados de la construcción de la estación Guamaní, parte de la extensión del corredor Ecovía.
Mónica Pazmiño, vicerrectora del colegio Vida Nueva, reconoció los beneficios que generará la obra como el mejoramiento de la movilidad en la zona, en particular, y en la ciudad, en general.
Dijo que, sin embargo, la previsible mayor afluencia de personas al sector también acarreará dificultades, las que parecería no han sido previstas por el Cabildo.
Pazmiño aseguró que, hasta el momento, no han logrado ningún acercamiento con el Gobierno local para buscar soluciones. “Lamentablemente, el Municipio prosiguió con la ejecución de su obra y cuando se dio cuenta de que a la salida del colegio (ubicado frente a la estación) podía haber accidentes terribles, colocó una malla de seguridad afuera del plantel; pero esa no es la solución”.
Pazmiño dijo que en su caso aspiran a que se construya un paso peatonal que garantice el bienestar de los estudiantes.
Freddy Nieto, morador de Matilde Álvarez, coincidió en que el Cabildo no les ha hecho conocer qué planes tiene para garantizar la seguridad vial cuando opere la extensión de la Ecovía, anunciada para los próximos días.
Nieto apuntó que el barrio ya es utilizado por los transportistas interprovinciales como ruta de desfogue frente al tráfico de la av. Maldonado y que cuando el corredor funcione se prevé mayor presencia de vehículos.
“La mayoría de calles son adoquinadas; no fueron pensadas para soportar tráfico pesado. Además, ya tenemos muertos por esta situación. En una ocasión vino un bus, chocó con una motocicleta y mató a dos personas”.
El morador no desconoció la importancia de la obra, pero dijo que debió pensarse también en organizar el tránsito en las zonas aledañas. “Se supone que el límite máximo de velocidad en esta área es de 50 kilómetros por hora (km/h), pero no hay señales de pare, pasos cebras, nada de nada”.
Otro tema que preocupa a los vecinos es la delincuencia que -aseguran- se ha incrementado solo con la construcción del proyecto vial. Afirman que los asaltos y venta de drogas se han incrementado.
Los habitantes de Matilde Álvarez están conscientes de que la lucha contra la delincuencia es tarea del Gobierno Nacional, pero consideran que la autoridad local debió tomar en cuenta el tema antes de arrancar el proyecto.
A su juicio, el Cabildo debería de facilitar un terreno para la construcción de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC). A los moradores les preocupa, también, que no se les haya tomado en cuenta en la planificación del proyecto.
Blanca Herrera afirmó que desconocen, por ejemplo, qué compensación recibirán del Cabildo por el uso del predio en el que se construyó la estación Guamaní, que era utilizado como espacio verde por los planteles y habitantes del sector. (I)