La Unidad de Bienestar Animal (UBA) estima que en Quito existen 19 perros callejeros por persona, lo que llama la atención es que el 70% de estos animales si cuentan con un dueño, lo que significa que son abandonados durante el día o son parte de la comunidad.

Según María Fernanda Orquea, docente de la EPN y parte del proyecto conocido como ‘Poliperros’, el problema está en que las personas piensan que un refugio es un lugar permanente donde los animales pueden estar, sin darse cuenta que es un lugar de paso.

“ Las personas piensan que rescatar un perro es sacarle de la calle y dejarle en el refugio. No se trata de apadrinar y asumir todos los gastos, no es un tema de dinero, sino de dedicación,” comenta Orquea.

Los rescatistas coinciden en que no solo se trata de una corresponsabilidad al momento de sacar a un animal de la situación de calle en la que se encuentra, sino aprender a educar sobre bienestar animal y que las personas interesadas entiendan el sentido de la adopción. 

Es importante hacer cumplir las leyes y las sanciones. El artículo 250.1 del Código Integral Penal dice que una persona tendrá sanción de seis meses a un año de cárcel en caso de matar a un animal.

“Es importante contar con las autoridades para que esta situación cambie. Llevamos 6 años haciendo el mismo trabajo de ir a la calle, rescatarlos de situaciones vulnerables y esto no va a cambiar a menos de que pase algo por parte de las autoridades y que obligue a los ciudadanos a ser responsables de sus animalitos, “dijo Camilo Ramírez, presidente de la Fundación Acción Animal Ecuador.

El caso de ‘Spike’ fue un ejemplo de aplicación de la ley en casos de maltrato animal con muerte a causa del ahorcarmiento de un perro de raza Husky. María Blanca Colcha Palate fue declarada culpable por el asesinato de Spike y sentenciada a la pena máxima, sin embargo apeló a la decisión judicial. 

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