Una pandemia viralizada por Twitter
El covid-19 o coronavirus es una pandemia que además produjo cantidad de información en las redes sociales, como un virus virtual. Vivimos hoy una “pandemia informacional”.
Veamos unos datos mundiales según Getdaytrends: el tag #COVID19 en los últimos 30 días generó 3.4M (millones) de posts; en los 7 días pasados, 2,6M; y este martes 7 de abril, otros 3,4M en Twitter, ocupando el 1er. lugar de las tendencias. Y #coronavirus, hace 30 días generó 3,6M; hace 7 días, 1,8M; y este martes, 1,3M, ocupando entre el 4to. y el 5to. lugar entre las tendencias.
Digamos que Twitter es un “mundo” “conservador” en tanto están personas, empresas y medios de comunicación. Sin embargo, allá la información es variopinta, siendo sus usuarios menos millennials y más centennials, por lo que lo publicado parece ser más “objetivo”.
En Ecuador el #COVID19 hace un mes generó 609,9K (miles) de contenidos; mientras #coronavirusecuador llegó a 10K, siendo el 2do. en las tendencias. Pero hasta los últimos 7 días la conversación derivó a #QuédateenCasaYa, con 59K y el martes 7, otro tag, #cuarentenatotal, con 18,2K bajaba al puesto 49, cuando dos días atrás ocupaba el 1er. lugar con 32,6K.
¿Por qué en Ecuador el tema del coronavirus implicó otras etiquetas?
El #COVID19 ocupó todo marzo la conversación digital en Twitter, pero, cuando la pandemia dio cifras de muertos en Guayaquil, el miedo motivó a crear otros tags: el contagio era ya una amenaza en el imaginario ecuatoriano.
Pero la dinámica de Twitter es, como se dijo, la información. Alguna puede ser verdadera, otra falsa. Y ¿cómo saber cuáles de las posteadas y compartidas son fake news? Ese es el dilema del mundo informacional. Es que la información en las redes sociales es ruido.
Nos acostumbramos a pasar y pasar por segundos todo lo que aparece en el muro. Pero ¿nos detenemos a leer lo que se publica? ¿Sabemos quiénes son sus autores? ¿Son reputados o trolls falseando identidades?
Estamos así en el mundo-Twitter donde la información es un virus. La actitud del actor-red es mecánica y replicativa; y cuando es crítica, este es desprestigiado. El fenómeno entonces es problemático por lo difícil de diferenciar lo verdadero del pajonal de posts.
Se dice que Twitter trabaja en un algoritmo que detecte lo falso y las cuentas que la diseminan. La iniciativa también debe ser ciudadana: confiar en fuentes oficiales, contrastar, no reenviar y denunciar. (O)