El derecho de la ciudad debe garantizarse
Las ciudades inclusivas se encuentran estrechamente ligadas a las acciones que puedan garantizar justicia social y equidad dentro de las urbes. En este contexto, el primer elemento por diferenciar es el significado de los términos de justicia social y equidad.
Naciones Unidas define la justicia social como un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las naciones; eliminando las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad. Por otro lado, la igualdad supone la misma cantidad de recursos para todas las personas. Sin embargo, las necesidades no son las mismas para toda la población.
Finalmente, la equidad hace referencia a que todas las personas del mundo tengan la misma facilidad de acceder a los recursos, independientemente de sus condiciones iniciales.
Hábitat III tiene tres ejes, el primero es que se garantice el derecho a la ciudad, el segundo vivirla y como último punto hay que ordenar el crecimiento de las metrópolis, y que sean urbes seguras, con perspectiva de género, con esquemas alternativos de vivienda, sin permisos irregulares, con desarrollo sustentable, con gobernanza metropolitana y con legislación urbana moderna.
La Nueva Agenda Urbana (NAU) que se discutirá hasta hoy en la capital reconoce la necesidad de atender la inclusión social con participación política, diversidad cultural, calidad de espacios públicos y equidad de género, entre otros. Además hay que reconocer que hubo políticas sociales que en lugar de solucionar los problemas, los creó.
En eso hay que trabajar.