Como en toda elección cuyos resultados son parejos, luego de varios días, por fin conocemos la proyección de la correlación de fuerzas en el Colegio Electoral que, a mediados de diciembre, elegiría a Joe Biden (demócrata) como el 46º presidente de los Estados Unidos.

La sociedad estadounidense es una de las más diversas y plurales del mundo y, en consecuencia, su sistema político y sus partidos. Su sistema electoral es sui generis.

Desde 1852, republicanos y democrátas han alternado en el Gobierno. En medio de ese bipartidismo también existen terceras opciones: los libertarios, los verdes o Marijuana Party. Según la Federal Election Commission, a más de Biden y Trump, hubo 1.211 candidatos más.

Las elecciones son indirectas. El pasado 3 de noviembre, 148 millones de votantes eligieron 538 electores que constituyen el Colegio Electoral. El escrutinio no es nacional sino estatal. El ganador de cada Estado obtiene todos los electores de la jurisdicción; por ejemplo, California tiene 55, New York o Florida tienen 29 cada uno o Alaska tiene 3.

No hay segundos lugares ni triunfos compartidos por más mínima que sea la diferencia, así gane con 500 votos en medio de 6 millones como Bush frente a Al Gore: en Florida en 2000, el republicano ganó los 29 electores de ese Estado.

Tampoco importa el candidato que gane en votos a nivel nacional si no obtiene los 270 electores que son la mayoría del Colegio Electoral, así obtenga 3 millones de votos más como Hillary frente a Trump; en 2016, el republicano obtuvo 304 electores. Curiosamente, en ese mismo Colegio Electoral, pese a no ser candidatos, incluso, Collin Powell y Bernie Saders tuvieron votos, pues los 538 electores son libres, aunque no es usual, elegir a cualquier estadounidense.

Así, el sistema electoral imposibilita la visibilización de terceras opciones. En 1992, el independiente Ross Perot obtuvo cerca de 20 millones de votos; sin embargo, ninguno de los 538 electores.

Un último pormenor, esta vez, según The Economist, "el mayor espectáculo sobre la tierra" costará USD 2.651 millones. Solamente, el candidato de Birthday Party, el rapero Kanye West, habría gastado USD 6 millones y tendría deudas pendientes por más de USD 8 millones. 

Andrés Campaña Remache, analista político por la Universidad Complutense de Madrid. @ACampanaRemache