Publicidad

Ecuador, 23 de Noviembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Una cuestión urgente

Cabe preguntar: ¿cómo están las políticas y las leyes respecto a la esclavitud sexual? La respuesta podría ser pronta: hay procesos que el Estado ecuatoriano sigue y penaliza; incluso, tomando en cuenta la violencia contra la mujer, las leyes han logrado resolver hechos dolorosos encarcelando a los culpables. Sin embargo, la esclavitud sexual persiste y sigue dándose de manera soterrada.

La cinta ecuatoriana de Gabriela Calvache, La mala noche (2019) lo evidencia .

El filme es crudo y franco respecto al tema en cuestión. Trata sobre una trabajadora sexual atrapada en una red detentada por unos mafiosos locales. Planteada así, La mala noche cae en asuntos comunes: una mujer –además, migrante– que usa su cuerpo para tener algo de dinero y mantener a su hija; unos mafiosos estereotipados –con vestimenta y cortes de cabello típicos de la representación del malo–; un hombre que pretende ser el amante de dicha mujer o ser solo el aprovechador de su cuerpo y su belleza, etc. En efecto, la película nos sitúa en el entorno propio donde se concreta el tráfico y la esclavitud sexual, sin olvidar los secuestros de niñas y adolescentes para venderlas a un perverso mercado.

Pero pasando por alto tal representación, La mala noche tiene un objetivo: discutir la llamada “trata de blancas”, su tejido interno, su naturaleza degradante, los micropoderes que despersonalizan y cosifican a sus actores. Lo más importante es la denuncia de un mercado existente y tal vez difícil de destruir. La película de Calvache es directa sobre ese mercado: unos hombres que le promueven, que le reclaman nuevos “productos”, que ven en la mujer un objeto desechable y, lo peor de todo, que usan desalmadamente a niños y niñas para satisfacer placeres.

La tesis que prueba Calvache es que podrían existir políticas y leyes, pero el mercado está intacto y siempre renovado. He ahí el valor de su película, la urgencia de su tema, la crudeza con la que afronta la esclavitud sexual. Alguien podría decir que los estereotipos menoscaban su discurso, que la trama, al entrar en el suspenso, hace que olvidemos la denuncia por el espectáculo, pero hay que decir que, dentro del cine nacional contemporáneo, La mala noche resalta y consulta al espectador, inquiriéndole para que sea un activista contra tal forma de esclavitud. (I) 

Contenido externo patrocinado