Una familia venezolana, residente en la ciudadela La Atarazana, en el norte de Guayaquil, encontró su hogar destruido y con mensajes en las paredes que decían: “Váyanse o mueren” y “Fuera malditos venecos”.

Este caso fue denunciado a las organizaciones de derechos humanos y de migrantes de ese país.

El presidente de la fundación Venezolanos en Ecuador, Eduardo Febres Cordero, calificó este ataque como un acto de xenofobia, por lo cual pidió que los responsables de las amenazas sean detenidos.

“Violentar una residencia es una atrocidad para cualquier persona sin distingo de nacionalidad; rechazamos estas campañas diseñadas por pequeños grupos desestabilizadores”, escribió Febres Cordero en un comunicado.

Este ataque motivó a un grupo de venezolanos, incluidos los afectados, a realizar un plantón en los bajos del consulado de esa nación en Guayaquil. Ellos querían que la ciudadanía guayaquileña conociera su caso.

Geovany Cruz se encontraba en el lugar y aprovechó la oportunidad para preguntar sobre el plan retorno, ya que no ha encontrado trabajo hace tres meses desde que llegó al país.

“Cuando veníamos en el bus nos enteramos de la agresión; no conozco a la familia, pero no creo que haya hecho algo malo. Si venimos con nuestros parientes es para trabajar por un futuro mejor”.

El padre de familia de los afectados prefirió no identificarse y dijo trabajar como músico en eventos donde es contratado. (I)