Un reciente estudio de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) en Hungría pone de manifiesto la relación compleja entre los seres humanos y sus perros.

Aunque la mayoría de los dueños consideran que tener un perro mejora su vida, con un 60% que destacó la conexión emocional con sus mascotas, la vida con un can no está exenta de desafíos.

El estudio revela que los dueños enfrentan problemas económicos relacionados con los gastos veterinarios, la alimentación y otros costos, además de los desafíos emocionales y prácticos que surgen al cuidar de un perro, especialmente si tiene problemas de salud o de comportamiento.

El análisis también identificó tres dimensiones principales en la relación humano-perro: los beneficios emocionales, físicos y sociales, los retos (como la preocupación por la salud del animal o las limitaciones en la rutina diaria), y el compromiso necesario para cuidar de la mascota.

Mientras que algunos propietarios disfrutan de los paseos y la estructura que un perro impone en su vida, otros sienten que estas responsabilidades interrumpen su descanso y sus actividades cotidianas.

El estudio concluye que, aunque los beneficios suelen superar los contratiempos, es esencial que los futuros dueñosadopten a un perro de manera consciente.

Reflexionar sobre el tiempo disponible, el presupuesto y la capacidad para asumir el compromiso a largo plazo es clave para evitar decepciones.

Tener un perro puede ser una experiencia gratificante si se gestionan adecuadamente las expectativas y los desafíos, y se asume el compromiso con responsabilidad y dedicación.

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