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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Los Bee Gees siempre serán recordados por la música disco

Aunque sus hermanos Maurice y Robin ya no están, Barry está de gira con el sello que los caracterizó a los tres: Bee Gees.

Pero como la legendaria banda británica de disco, soul, rhythm & blues y soft rock surgió entre los tres, Barry consideró obvio que la línea sanguínea se mantenga a través de su primogénito Steve y su sobrina Samantha, la hija de Maurice.

Desde febrero del año pasado están embarcados en la gira ‘Mythology’, del disco homónimo y póstumo que constan las canciones de sus tres hermanos fallecidos, incluido Andy, el menor del clan Gibb, quien curiosamente fue el primero en morir hace 25 años.

A Barry no se le ocurrió mejor sitio para empezar su extensa gira que Australia, el país donde surgió la banda en 1958, justo cuando la familia Gibb se mudó desde su natal Inglaterra.

Los Bee Gees no necesitaban presentación, pues el hecho que 2.500 artistas hayan versionado sus canciones es un logro que no cualquier banda puede obtener. Y no solo eso. Esas versiones se convirtieron en número uno de las listas estadounidenses y británicas.

Algunas de esas voces son las de Diana Ross, Tina Turner, Frankie Valli, Celine Dion, Barbra Streisand, Kenny Rogers, Elvis Presley, Leo Sayer, Elton John, José Feliciano, Dionne Warwick, George Michael, Michael Bolton, Roy Orbison, Rod Stewart, Olivia Newton John y más, en una lista que parece interminable.

Aunque sus inicios sonaban con una tendencia más folk y soul, la leyenda en sí se edifica en la década del 70 con la música disco con su álbum ‘Saturday night fever’, de 1977, cuando la banda ya iba por las dos décadas de peregrinaje en los escenarios.

De aquel trabajo se desprendieron clásicos como ‘Stayin’ alive’, ‘How deep is your love’, ‘More than a woman’, ‘You should be dancing’, ‘Night fever’, que fueron parte de la banda sonora de la película ‘Saturday night fever’, protagonizada por John Travolta.

Y esa tendencia continuó con ‘Spirits having flown’, de 1979, de la que se desprendió el sencillo ‘Tragedy’. Este disco es el más vendido de su carrera con 20 millones de copias. Fue la época en que dentro del Top 20 pudieron incluir a 13 de sus canciones.

Para ninguno de sus fanáticos (y de la música disco en sí) pasa inadvertida esa armonía vocal que derrocharon Barry, Robin y Maurice, matizada por falsetes, especialmente del primero de ellos.

Barry, Robin y Maurice durante su adolescencia en Australia, en 1958.

Oriundos de la Isla de Man, la historia de los Bee Gees, que inicialmente se hacían llamar The Rattlesnakes y luego Wee Johnny Hayes & the Bluecats, empezó hace 55 años cuando Hugh y Bárbara Gibb llevaron a sus hijos Barry (1949), Robin y Maurice (mellizos nacidos en 1946, pero fallecidos en 2003 y 2012, respectivamente) a Redcliffe, Queensland, al norte de la ciudad australiana de Brisbane. Andy, quien recién había nacido, también formó parte de ese éxodo familiar.

Precisamente en Brisbane se dio el cambio de nombre cuando Bill Goode, el promotor de la carrera de autos de ese lugar, presentó a los hermanos Gibb con Bill Gates, un DJ de una radio australiana. Este último sugirió el Bee Gees, que es la pronunciación en inglés de las letras ‘B.G.’ (en referencia a Brothers Gibb, que en español es hermanos Gibb). Los hermanos permanecieron en Australia hasta 1965 con relativos éxitos, entre ellos ‘Wine and women’.

Antes de volver a Inglaterra papá Gibb, quien era baterista e indujo indirectamente a sus hijos a la música a través de las canciones de Bing Crosby, le dio unos demos a Brian Epstein, el mismísimo productor de los Beatles, que ya llevaban tres años invadiendo las radios británicas e incluso recién había llegado a Estados Unidos, a través de Sid Bernstein. Eso ocurrió porque los ‘4 fabulosos de Liverpool’ estaban de gira en Australia.

Luego el empresario australiano Robert Stigwood recibió esos trabajos de Epstein, dueño de NEMS, una tienda británica de discos. De hecho, Stigwood se asoció con Epstein y después eso permitió que los Bee Gees firmarán contrato con Polydor Records.

Para esa época los Gibb se presentaban en clubes nocturnos y desde entonces ya componían canciones para otros artistas como Col Joye, Bryan Davies y más.

Con Stigwood consiguieron una orquesta que acompañó a la banda hasta 1972 en melodías que ahora son clásicos de Bee Gees (para sus fans) como ‘Massachussetts’, ‘Words’, ‘I started a joke’ (inolvidable en la voz de Robin), ‘I’ve gotta get a message to you’ o ‘To love somebody’, una de las más versionadas (alrededor de 250 adaptaciones).

Sin embargo, la banda estuvo a punto de no experimentar ese despegue de los 70 cuando Robin se fue en 1969. De hecho, a su regreso en 1971, graba con Barry la canción ‘How can yoy mend a broken heart?’

Barry, el único sobreviviente del grupo original dice en sus más recientes entrevistas: “Nuestra carrera ha sido como una montaña rusa. Aún así hemos aprendido algo de cada mala experiencia, pues se absorbe poco de las buenas”.

Y eso fue en referencia a la llegada a su Inglaterra natal, donde la gente los abucheó con algunos: “Vuelvan hacia Australia. Los grupos de voces bonitas como los Walker Brothers ya pasaron de moda porque la gente quiere ver a Eric Clapton, Cream o Hendrix”.

Tras la turbulencia del primer lustro de los 70, emigran a Estados Unidos, respaldados por Arif Mardin, productor de Aretha Franklin. Eso les permitió desarrollar el rhythm & blues natural de los Bee Gee. De hecho, la transición al disco no fue radical para ellos porque es un género derivado del rhythm & blues y el funky. Antes de involucrarse con el disco, los Bee Gees registraron álbumes brillantes como ‘Main course’ y ‘Children of the world’.

Para la década del 80 el disco sucumbió ante la llegada del new wave y el synth pop, pero eso no detuvo a los Bee Gees, quienes se dedicaron a producir canciones para otros artistas y como banda reaparecieron en los escenarios recién en 1987.

El reconocimiento de la nueva generación fue en la década del 90, unido a una nueva gira de conciertos por Europa y Estados Unidos, en los que presentan sus clásicos con los discos contemporáneos ‘Size’, ‘Still waters’, ‘Night only’ (en vivo que vende 5 millones de copias) y luego ‘This is where I came in’, que marca el inicio del nuevo milenio para Bee Gees.

El problema es que dos años después del lanzamiento de ‘This is where I came in’, muere Maurice, el 12 de enero de 2003, por estrangulación de un intestino. Él había sido el director musical del grupo durante los últimos años previos a su deceso desde su eterno teclado. Con eso la banda estuvo inactiva durante seis años porque consideraban que Bee Gees eran los tres.

Robin falleció el 20 de mayo de 2012, a los 62 años, después de luchar contra el cáncer. De hecho, antes había superado esa dolencia que había atacado su colón e hígado.

Barry y su esposa, Linda Gray, con quien se casó en 1970, adquirieron la ciudadanía estadounidense en 2010 luego de residir ahí desde 1975. Actualmente produce su música en la casa de Johnny June Cash, en Tennessee, que se incendió parcialmente en 2007. Lo más reciente del mayor de los hermanos Gibb es la publicación de ‘All in your name’, una canción que en 2001 produjo con el fallecido Michael Jackson y las giras con su hijo y sobrina para el ‘Mythology’, con lo que mantiene vivos a los Bee Gees. Después de todo tienen la misma sangre Gibb, pero es más fresca.

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