El actor francés Michel Piccoli falleció a causa de un accidente cerebrovascular
El actor francés Michel Piccoli falleció el pasado 12 de mayo a los 94 años, según informó este lunes su familia en un comunicado. “Michel Piccoli falleció el 12 de mayo en los brazos de su esposa, Ludivine, y de sus hijos menores, Inord y Missia, a causa de un accidente cerebrovascular”, indicó la familia en una nota transmitida a la agencia AFP por Gilles Jacob, amigo del actor y expresidente del Festival de Cine de Cannes.
Actor, productor y director, Piccoli fue sobre todo un actor de teatro y en la gran y pequeña pantalla apareció en más de 200 títulos. Debutó en la gran pantalla con Le Mépris de Jean-Luc Godard y entre sus grandes actuaciones destacan Belle de Jour, Topaz, de Hitchcock, El discreto encanto de la burguesía, Las cosas de la vida y El desprecio.
Repasar su filmografía es pasear por todas las revoluciones del cine moderno. Su primer papel de relevancia, de hecho, fue desde el primer fotograma una revolución. El desprecio (1963), de Jean-Luc Godard, es la más evidente declaración de intenciones que el cine ha hecho jamás de sí mismo. O, por no exagerar, una de ellas.
Aterrizó en la película al lado de Brigritte Bardot con casi 40 años cumplidos y después de una extensa carrera en el teatro y de haber trabajado con gente como Jean Renoir, Jean-Pierre Melville y con uno de sus directores de referencia en el futuro inmediato: Luis Buñuel.
Claude Sautet le tuvo como fetiche y arma arrojadiza con el hombre medio de una sociedad mediana que se desmorona. Sus papeles en Las cosas de la vida (1970) o Max y los chatarreros (1971) dan la medida exacta de esos personajes introspectivos sin pretenderlo, profundos en la liviandad de sus modales.
En su biografía se refiere a su infancia como la herida más profunda. Le cuenta a los lectores que nunca se sintió amado por unos padres artistas que le convirtieron en el sustituto de su hermano mayor fallecido. Todo lo que hizo, lo hizo contra o peor que el hermano que no llegó a conocer.
Y eso no sólo forjó su carácter sino que modeló tanto su tristeza extraviada como su modo de entender la profesión. Llegó a ella por pura pasión y por no querer ser lo que sus padres, los dos músicos y violinistas, querían de él. Y ahí se quedó convencido de que actuar es jugar. Por eso en francés el verbo es el mismo: jouer. "A lo largo de mi infancia, siendo hijo único, hubo un fantasma conmigo", recuerda el actor en sus notas biográficas. (I)