El también multiinstrumentista tiene 36 años de experiencia en bandas como abraxas o taller
Willy Wong comparte su legado a la nueva generación de bateristas
Existe algo que caracteriza como baterista a Willy Wong: sus solos. Cuando los ejecuta puede sonar tan rudo como John Bonham, el fallecido aporreador de Led Zeppelin, o tan rítmico como Neil Peart cuando toca rock progresivo, y art rock jazz.
Y es eso lo que Wong quiere transmitir a las nuevas generaciones de bateristas, a través de una serie de clínicas para principiantes, medios y avanzados. La primera de ellas se realizará este sábado, desde las 15:00, en las aulas de la escuela musical Paradox en conjunto con la agencia Eureka.
“La idea surgió hace un par de meses. Son 36 años de tocar y creí que es momento de compartir mi experiencia con una nueva generación de bateristas. Como muchos me identifican como rockero, la clínica va dirigida a quienes quieren tocar en ese género. Inicialmente las clínicas serán en Guayaquil y se extenderán al resto del país”, explica el líder de la banda que lleva su nombre y apellido donde comparte el escenario con su hermano menor Lalo, quien toca la guitarra.
Durante tres horas de exposición el tema central de la primera clínica serán los solos de batería. “Existen los solos de potencia y los rítmicos. Los de potencia son más agresivos. Tienen un sonido más pesado por el uso de los toms de aire y de piso, más el bombo. Suelen ser veloces en los redobles y golpes a los platillos. El rítmico tiene que ver más con la coordinación de movimientos”, indica Wong, quien es hijo de Carlos Wong, conocido coleccionista de discos.
Para el también multiinstrumentista, lo importante es que los bateristas sepan también ‘tips’ básicos, como la forma de tomar las baquetas o cuál usar.
“Cada baterista debe conocerse a sí mismo, además de que debe tener claro sobre qué género va a dedicarse. De esa forma uno puede asesorarlo con el tipo de baqueta que le conviene usar. Si es jazz lo más recomendable son palillos alargados y ligeros, mientras que para rock son más aconsejables los que son gordos y pesados. También es importante saber qué marcas de platillos usar y el tipo de batería, según su propio requerimiento. Algo que también enseñaré es la forma de afinar la batería. No es cuestión de golpear por golpear. Se necesitan técnicas para hacerlo. Es importante saber qué tipo de pegada tiene cada ejecutante”, afirma Wong, quien dispondrá de dos baterías para la clínica, una en la que él ocupará y la otra para las prácticas de quienes se inscriban.
Quienes sobrepasan los 40 años conocen la trayectoria de Wong en bandas como Abraxas, Taller, Banda Anónima, Piteo (que luego se convirtió en Mueraloternuro), Peterman, Goolingans Jam e incluso en una etapa de reencuentro de Boddega.
“Curiosamente la batería no fue el primer instrumento que aprendí a tocar. Primero fue el piano a los 9 años. Dos años después aprendí a entonar la guitarra hasta que descubrí la batería cuando tenía 13 años porque tenía muchas influencias del rock que escuchaba, de Led Zeppelin, Black Sabbath, Rush, Deep Purple y más. Por eso mi estilo es clásico desde mi época en Abraxas en 1979. Ahí estuve hasta 1985”, recuerda Wong, quien también ha compuesto canciones, aunque en perfil bajo, entre ellas ‘Una vez más’ para Banda Anónima y otras como ‘No hay pasión’ o ‘El rock es mi religión’ en coautoría con Peter Citelli, vocalista de Abraxas, que también pasó por Spectrum Line (hoy solo Spectrum).
Wong guarda muchas anécdotas como baterista, entre ellas un rave metal hace un par de años en Montañita. Allí mezcló lo electrónico con el rock, de pie, sin banquillo de batería. Recuerda que en otra ocasión tocó con Héctor Napolitano desde las 19:00 hasta las 10:00 del día siguiente sin interrupciones, también en Montañita. Ahora esas experiencias las comparte en clínicas. (I)