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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Un show en el que todos son estelares

Pablo Granados siempre tiene alguna ocurrencia. En el rato menos pensado puede besar los labios de una de sus bailarinas. Quizás en otro momento toca el piano y  canta junto con sus hijos Miguel y María. Y como no puede estar quieto, trepa por un tubo de pole dance. Se enfrenta con judocas y boxeadores. Para él todo vale para entretener a los televidentes cada noche de diez y media a once y media en Granados en pijamas, de TC Televisión.

Pero el humorista y músico rosarino no está solo. En el escenario lo acompañan José María Peña (Pachu), su cómplice de siempre, y Sofía Caiche. Cada uno aporta.

Pachu viste como una mujer para interpretar a Lupe, la “ingenua” impulsadora de un almacen que le confiesa amor eterno a Pablo, pero a la vez suele perderse en fiestas. En una de ellas estuvo a punto de quedar embarazada, según la ficción del programa que se estrenó el pasado 24 de enero como una continuación de lo que fue Los Mundialistas durante la Copa del Mundo Sudáfrica en junio de 2010.

Y el mismo Pachu, quien fuera del set es un tipo bastante serio, a ratos viste un traje de agente secreto, al estilo James Bond o más bien su parodia Maxwell Smart.

Es Joe 90, un personaje de gafas plateadas y traje oscuro que intenta competir con lo que ofrecen los invitados al programa que varían entre cantantes, futbolistas, magos y hasta hipnotizadores.

Para no quedarse atrás Joe 90 trae  pistolas (más bien secadores de cabello) que lanzan dardos al cuello que supuestamente despiertan deseos amorosos. Trae aparatos como lentes para 3D en los que el usuario no solo ve en tercera dimensión sino que siente a gorilas que lo golpean o cualquier otra situación. Para eso están listo algunos actores, que son enfocados por tres cámaras, una fija y dos móviles.

El programa se refuerza aún más con otros personajes como Gabinito, el cuy. Las “maldades” que Pablo le hizo a este personaje fueron la pauta para que tuviera su venganza. Gabinito (encarnado por un actor) creció con un rayo especial y se desquitó del conductor argentino.

El director “español” de cine porno es otro personaje, al igual que El angelito y El diablito, dos títeres que tienen el rostro de Pablo y que son manejados por Fernando Santoro y Pachu.

Además de Julio Ordóñez, Ricardo Paredes y Raúl Robles, los camarógrafos, el ‘staff’ lo completan otras seis personas al mando de José Navarrete, el productor del espacio humorístico, y Ana Bujulbasic, la directora general, quien a veces aparece en una gigantografía.

Pero Granados en pijamas no solo se realiza en el estudio. Hay situaciones que se graban en exteriores durante la tarde. Son los retos que plantea Pablo. Uno de ellos fue acceder al presidente Rafael Correa. Y cuando lo consiguió, le regaló una pijama.

Pablo puede vestirse de travesti o recoger basura en un recolector si el desafío lo dicta. Junto con Pachu se disfrazan de vigilantes de tránsito para bromear con los transeúntes y arma concursos de besos apasionados en los parques (con parejas disparejas como la de una mujer de 60 años y un joven de 20).

Hasta los superhéroes clásicos forman parte del programa en que Pablo suele usar pelucas afro y ropa de la década del 70. En calle viste el traje de Robin  e intenta servir a la sociedad (más bien la desordena, según el libreto) junto con Batichica, Batman, Superman y otros.

Son parte de la locura que plantea Pablo Granados y sus cómplices cada noche.

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