Rosana propone su esencia más rockera en Ecuador
Rosana es de esas pocas cantantes que rompe con los estereotipos de la industria musical. De contextura gruesa, sin maquillaje, pantalones y blusas anchas y con su tradicional cabello alborotado la cantautora nacida en las Islas Canarias hace 47 años ha sabido llevar su carrera a su ritmo.
Así es ella dentro y fuera de los escenarios. Una imagen auténtica, que solo es producto de esa misma forma de tener una vida descomplicada, “poniéndole la cara a todo” y que no se hace problema en lo absoluto, como ocurrió hace unos meses en Viña del Mar cuando tuvo que seguir con su show a pesar de los inconvenientes técnicos que hubo.
Rosana no se deja amilanar por nada, ni siquiera la laringitis -problema en la garganta con el que ha lidiado por años- detiene sus presentaciones. Solo ha cancelado dos conciertos durante su carrera.
Y ese optimismo y su buena vibra se reflejan en cada uno de sus discos, pero sobre todo en su nuevo material ¡Buenos días, mundo!, que da nombre a su gira y con la que regresa a Ecuador después de cinco años. Hoy ofrecerá un concierto en el Ágora de la Casa de la Cultura de Quito, a las 20:30, y mañana, en el Centro de Convenciones Simón Bolívar, a las 21:00.
En ambas presentaciones estará acompañada de sus tres músicos, Joaquín Migallón, en la batería; David Pedragosa, en la guitarra; y Javier Quillez, en el bajo.
En diferentes entrevistas Rosana ha explicado que “aunque le fastidian las etiquetas”, el nuevo disco, que esta vez la trae al país, es más rockero. “A quien nos haya visto en directo alguna vez no le va a sonar tan diferente, porque lo que hemos hecho en esta ocasión es llevar el sonido que tengo en directo al álbum. Desde el principio, desde Lunas rotas, el concierto siempre fue más eléctrico que acústico, pero hasta ahora los discos eran más de escucha, por decirlo de alguna forma. En este registro, por lo que decía, por cómo se gestó, necesitaba llevar esa sonoridad del directo al disco y hacer que se fusionaran ambas cosas en un punto intermedio”.
De entre las canciones que lo componen esta noche se escucharán Mi trozo de cielo, ¡Buenos días, Mundo!, Vale la pena y Mis querid@s desgraciad@s, que guarda una particular historia: para la grabación del tema la cantante convocó a 40 de sus seguidores en las redes sociales para que hicieran los coros, “son 13 verdades que tienen que ver con uno, 13 estados de ánimo diferentes, pero todos reales... Cuando uno siente que cada una de esas canciones es quedarse en pelotas en el papel blanco, es complicado quedarse solo con una”.
Tampoco faltarán sus ya conocidas Talismán, A fuego lento, Si tú no estás aquí, con las que saltó a la fama a finales del 96 después de que decidiera probar como intérprete de sus temas motivada por sus familiares y amigos más cercano.
“Soñaba con ser músico, pero no intérprete, lo cual llegó de sorpresa a mi vida. Mi ilusión siempre era hacer y componer canciones, traducir mis sentimientos y emociones en letras”.
Además de las canciones, algo que nunca falta en sus presentaciones son sus abrazos, como un gesto cariñoso de lo que representa el público. Así que no resultará nada raro verla bajarse del escenario y empezar a abrazar a aquellos que acudan a su show.