Quiteños ovacionaron al Circo del Sol en el preestreno de Corteo (Galería y videos)
La noche del miércoles 18 de noviembre en el parque Bicentenario, en Quito, se abrió la carpa del Circo del Sol en el preestreno de la obra Corteo. La agrupación canadiense llegó por primera vez con este montaje que puso a reir y también a reflexionar a los asistentes.
De pie aplaudieron los quiteños al elenco integrado por 65 músicos, artistas escénicos y acróbatas, quienes, en escena, mostraron su sincronía y flexibilidad.
El montaje duró 2 horas y media. Los invitados de la función premiere, en su mayoría fueron niños con discapacidad, escasos recursos y con enfermedades catastróficas de fundaciones como El Triángulo, Aldeas SOS, Cecilia Rivadeneira, entre otros.
Mauro, el personaje principal de la obra, cautivó a los asistentes con su ingenuidad y sencillez. Este actor personifica a un payaso que sueña con su cortejo fúnebre, en donde hay malabaristas, zanqueros, entre otros. La obra se ejecuta en 18 actos, algunos de comedia como la parodia del golf, en donde una singular pelota no se deja golpear, así como poéticos, en la escena cuando una pareja funde sus cuerpos en el trapecio. Esta escena termina con un beso.
El montaje está cargado de riesgos escénicos, que los más de 65 artistas logran ejecutarlos con absoluta precisión. Algunos de los actos que más llamaron la atención de los asistentes fueron cuando una acróbata caminó en puntillas sobre la cuerda floja, así como cuando otro artista realizó acrobacias sobre una escalera.
Durante su intervención, el payaso Mauro demostró que conoce algo sobre el Ecuador. Por eso en su presentación no dejó de nombrar al volcán Cotopaxi, el locro de papas quiteño, así como a la Liga Deportiva Universitaria y al futbolista Antonio Valencia.
Un momento que más llenó de ternura a los asistentes fue cuando Valentina, una mujer de pequeña estatura, portando globos gigantes permitió que los asistentes la impulsen para dar vueltas por el aire.
La puesta en escena incluye música en vivo, en donde acordeón, violín, platillos, batería y corneta sobresalen, junto a la propuesta musical en las voces de Alain Labrie y Émilie Grenon-Emiroglou (Canadá). Sin embargo, el concierto de silbidos, en competencia con un violín, fue uno de los actos más aplaudidos por los asistentes. También, los artistas arriesgaron y ofrecieron una sinfonía con bandejas de cristal llenas de agua. Mauro, en cambio, acompañó esa melodía con copas de agua.
La agrupación canadiense estará hasta el 13 de diciembre en el parque Bicentenario en Quito. Las entradas cuestan desde $55 hasta $250. (I)
Mire los videos de la preparación, montaje de carpa y presentación de obra