Peter O’Toole siempre será recordado por ‘Lawrence de Arabia’
Tenía pocos años en los escenarios. Si existe un rol que identificaba tanto al actor Peter O’Toole, fallecido el pasado 14 de diciembre, fue el del coronel T.E. Lawrence en el filme ‘Lawrence de Arabia’, de 1962, del director David Lean.
Sus magnéticos ojos azules le dieron un plus a ese personaje que interpretó el histrión británico, quien tenía 81 años en el momento de su deceso.
De personalidad extrovertida y alegre pero también díscolo y combativo, O’Toole dio sus primeros pasos en el mundo interpretativo como actor de teatro encarnando papeles de Shakespeare para dar el salto a la televisión en 1954 y debutar en el cine, en 1959, como actor de reparto en un filme menor, ‘Kidnapped’.
De padre irlandés y madre escocesa, su fecha y lugar de nacimiento siempre han estado rodeados de una cierta imprecisión, y si bien algunas fuentes aseguran que nació en Connemara (Irlanda), para otros es oriundo de Leeds (norte de Inglaterra).
Frente a esa ambigüedad, el propio O’Toole aceptaba como fecha válida de su nacimiento el 2 de agosto de 1932.
Su versatilidad y talento natural para meterse en la piel de personajes especialmente complejos es ampliamente reconocido.
La magia interpretativa que derrochó O’Toole dando vida al polémico héroe inglés que luchó en el frente turco en la I Guerra Mundial sobrepasó las expectativas, teniendo en cuenta que su elección llegó un poco de rebote, después de que Marlon Brando y Albert Finney hubieran rechazado ese papel.
O’Toole le dio su toque a Lawrence, empezando por el hecho de que el actor medía 1,88 metros, mientras que su personaje apenas llegaba al 1,66 y tenía una apariencia muy frágil.
La profunda implicación del actor en ese proyecto le llevó, incluso, a vivir como un oriental más por los desiertos de Jordania y Marruecos -dos de los países donde se rodó la cinta-, y varios beduinos que conocieron en vida al verdadero “Aurens” llegaron a decir que el irlandés había traído de vuelta al desierto al auténtico teniente coronel.
El filme, un alegato anticolonialista que ganó 7 premios Oscar, incluido el de “mejor película” -si bien fue Gregory Peck el que se llevó el de mejor actor por ‘Matar un ruiseñor’-, fue un claro referente interpretativo y argumental en su época y aún es uno de los grandes clásicos de la historia del cine.
Llegarían otros proyectos de relevancia como ‘La Noche de los Generales’ (1966) o ‘El Hombre de la Mancha’ (1972), si bien ninguna de sus otras películas lograría superar el arrollador éxito de ‘Lawrence de Arabia’.
El Oscar se le resistió en ocho ocasiones. En 2003 llegó a plantearse rechazar el premio honorífico de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos por toda su carrera, pues aún sentía que podía lograrlo en competición.
Fuera del universo interpretativo, O’Toole maltrató su salud con una confesa adicción al alcohol y esa dependencia del whisky le situó en 1976 al borde de la muerte, cuando le tuvieron que extirpar parte del estómago e intestino. Su páncreas resultó gravemente dañado y pasó a depender de la insulina.
Entre otros tropezones de salud con los que tuvo que lidiar, también sufrió una enfermedad en la sangre de la que posteriormente se recuperaría.
En 1979, cuando parecía que su carrera interpretativa había perdido fuerza, participó en la controversial ‘Calígula’, con Malcolm McDowell, el mismo de la saga original del ‘Planeta de los simios’ y Helen Mirren, y volvió a implicarse en otros proyectos comerciales hasta que ‘El último emperador’ (1987), de Bernardo Bertolucci, y ‘Troya’ (2004) le devolvieron de nuevo a la primera línea interpretativa.
En 2006, recibió una candidatura como mejor actor dramático en los Globos de Oro y quedó muy cerca de obtener, al fin, un Oscar en 2007 por su papel en ‘Venus’, un rodaje en el que se fracturó la cadera.
Tras apariciones en series como ‘Los Tudor’ (2009), el anuncio de su retirada el 11 de julio de 2012 tomó por sorpresa al mundo del celuloide.
En un boletín, su publicista explicó que el intérprete se había quedado “sin aliento” y que no volvería. En realidad sus enfermedades causadas por una vida desenfrenada le impidieron seguir en los escenarios y luego falleció, no sin antes dejar un legado de filmes, entre ellas ‘Lawrence de Arabia’.