Paloma San Basilio no se despide del público... le agradece
En su vida el adjetivo diva lo lleva hace un buen tiempo. No solo porque así se llamó uno de sus últimos discos, sino porque es dueña de una laureada carrera de casi cuatro décadas ininterrumpidas.
Sin embargo, para Paloma San Basilio esta palabra esta muy alejada de su realidad, porque las divas tienden a creerse superiores a quienes las rodean y este no es su caso. Más bien, la intérprete de ‘Cariño mío’ y ‘La hiedra’ se muestra al mundo con una sencillez y personalidad abrumadora, que la hacen uno de esos pocos seres extraordinarios que nos hallamos en la vida.
La artista española (Madrid, 1950) visita nuevamente el país como parte de su última gira, con la que se despide de los escenarios para darle rienda suelta a toda su creatividad y plasmarla sobre óleos y lienzos, teniendo al mar como su musa.
Comenta que esta decisión no le ha costado ningún esfuerzo, porque -según dice- cuesta cuando uno no está bien, cuando se te va la voz y el público no te quiere ver. “Es una decisión que poco a poco se va adueñando de ti y te dice que hay que cambiar de ciclo para empezar otra etapa en la vida. Es una decisión sabia”, afirma.
Asegura estar tranquila y muy feliz porque ha vivido cuatro décadas maravillosas gracias al cariño y respeto del público que la seguido a lo largo de estos años: “No me arrepiento de esta decisión porque sé que empieza otra etapa llena de sorpresas”.
Paloma enfatiza que no extrañará los escenarios, ya que supo disfrutar la vida desde varias perspectivas. Para ella lo más importante es valorar las elecciones que las personas toman e inclusive disfrutar de los encuentros inesperados. “No hay que tenerle miedo a los cambios y más bien aventurarse, porque uno debe permitirse hacer cosas nuevas todos los días”, expresa.
La intérprete de ‘No llores por mí Argentina’, ‘Por qué me abandonaste’, ‘Juntos’, entre otros éxitos, no habla de una gira de despedida, sino de agradecimiento. “No hablo de despedida, porque aunque me voy de alguna forma seguiré estando ahí cada vez que escuchen y canten esas canciones que ya no me pertenecen, ya que son del público hasta que la quieran tener”, aclara.
Ecuador no podía faltar en esta gira, pues ella no es una “paloma infiel” como dice la canción (bromea) y más bien es una “paloma agradecida” con quienes le abrieron las puertas cada vez que las toqué.
Y es que Paloma ha visitado este país un sinnúmero de veces y guarda gratos momentos de sus visitas. “Guayaquil es una ciudad llena de recuerdos y nostalgias. Aquí he venido varias veces y aún recuerdo como si hubiera sido ayer cuando recién llegué con mi primer disco bajo el brazo y que las personas me quieran de buenas a primeras y se conviertan en cómplice de todo lo que he hecho”, manifiesta.
Señala que con tan solo cerrar sus ojos le llegan imágenes de los recorridos por la ciudad, las visitas a la playa y de consentir al paladar con un cebiche de camarón.
Y es precisamente de esos recuerdos de sus inicios con los que escenificará sus presentaciones en Ecuador: “Es una propuesta distinta, en donde veremos proyecciones en las que voy contando mi historia y de cómo me fueron pasando las cosas desde mi primer disco hasta la actualidad. Tendrá un toque de humor, que también es importantísimo. Esto es algo que había que hacerlo en esta dirección para que la gente se lleve un recuerdo bonito de mí”. No habla de canciones específicas para esta noche especial, ya que “soy como una amalgama de cosas y soy un pájaro al que no puede meterse en una jaula”.
Es por eso que hará un repaso por los distintos géneros musicales en los que ha incursionado, haciéndola una “mujer indefinida y abierta a todos los espacios”.
“No me puedo resumir en una sola canción, porque es como si me estuviera cortando un trozo de mí. Eso es lo bueno de los artistas, ya que tenemos bastantes matices que ofrecer. Me gusta pensar que puedo llevar a la gente por muchos sitios y ellos se dejan por ti. Luego hay personas que después de un concierto dicen que les gustó cuando interpreté tal canción, pero hay otros que les gustó más otras. Así que esto es lo rico de todo. Los colores que nos da esta profesión”, menciona.
Tampoco habla de los discos favoritos, porque considera que en cada uno de los grabados -que son más de 30- se sintió muy cómoda y porque reflejan lo que ella sentía en esos momentos.
Sin embargo considera que el álbum que grabó con Plácido Domingo fue “un festín” y que es uno de esos materiales que uno lo ve y dice “¡wow, qué bendición haber hecho esto!”.
Sin embargo, reconoce que aunque indudablemente hay discos que se vendieron más que otros, todos representan la esencia de su vida y de lo que quiso decir. “La gente me ha acompañado en cada propuesta y estuvo identificada. Por ejemplo el año pasado cuando saqué el disco electrónico ‘Amolap’ (Paloma al revés) fue bastante polémico, porque se sorprendieron que a estas alturas yo salga con algo así y la sorpresa fue que el disco fue bienvenido”, asevera.
Paloma San Basilio no sabe que hará después de su último concierto, pero de lo que sí está segura es que ese mismo día estará planeando algo nuevo qué hacer, ya que no puede estar quieta.
Muy pocas cosas la detienen y por ahora lo único que piensa es disfrutar de la compañía de su familia, especialmente de sus nietos, con quienes disfruta pasear e inclusive pintar. “Ellos son los más contentos con toda esta gira de despedida, porque ya no me verán haciendo maletas, aunque por ahí tengo una nieta que es muy peliculera y me dijo el otro día que la gente no estaba contenta con lo que yo estaba haciendo y que se enfadarían. Yo le expresé que es al contrario, ya que lo han entendido muy bien y ella no me lo cree”.
El pasar más tiempo con ellos es una de las sorpresas que le esperan a la protagonista de la ópera rock Evita, con la que recorrió varios países del mundo.
“De alguna manera, como que recuperaré ese tiempo y espacio que no tuve con mis hijos cuando estaba de gira y ahora que soy abuela, pues hay que organizarse con los nietos. Yo creo que los abuelos somos muy importantes y aportamos con algo. Yo, por ejemplo, he vivido toda mi vida con mi abuela y ahora soy yo la que tengo esa tarea lúdica. Lo cierto es que haga lo que haga me lo estaré gozando y disfrutando porque soy así”, enfatiza.