Que un ex-Beatle visite Ecuador no es algo que ocurra todos los días. Y es que Paul McCartney no solo perteneció a la legendaria banda británica.

Su talento, reflejado en los 60 discos de oro que ha ganado en su carrera y millones de copias vendidas de estos, lo describen como el músico pop más influyente que ha pisado Ecuador.

Su grandeza va más allá, con un carisma único y una sencillez que podría contrastar con la de alguien capaz de dominar 17 instrumentos musicales, crear bandas sonoras para películas y hasta discos sinfónicos.

Desde hace un par de meses, en que se confirmó la visita de ‘Sir’ Paul, sus fans organizaron desde conciertos de tributo, pasando por la colocación de la palabra ‘New’, de su último disco, en las faldas del Pichincha.

La última semana se volvió más intensa con la llegada de su equipo técnico y gastronómico, el montaje del escenario, la espera de los seguidores en el estadio Casa Blanca, de Liga de Quito, antes de que se abrieran sus puertas y, por supuesto, el concierto mismo que acogió a 36.000 personas de la capital, Guayaquil y de otras ciudades. ‘Sir’ Paul dejó su imborrable huella.