Martín y Maru, los nómadas bonaerenses que recorren el continente en una combi
On the road again/ Just can’t wait to get on the road again/ The life I love is making music with my friends/ And I can’t wait to get on the road again/ On the road again/ Goin’ places that I’ve never been/ Seein’ things that I may never see again and I can’t wait to get on the road again. Así dice la canción del famoso cantante estadounidense Willie Nelson que por décadas se ha convertido en el ‘himno sagrado’ de los viajeros que recorren el mundo.
Y es que este tema, que habla sobre la aventura de viajar por distintas carreteras y conocer lugares encantados con personas de diferentes modos de vida y creencias es, tal vez, el portaestandarte que llevan Maru y Martín, dos “ciudadanos del mundo” que no necesitan revelar su nacionalidad ni apellidos.
Sus nombres y una cálida sonrisa, con los que reciben a quienes se le acercan, es la mejor carta de presentación que tiene esta pareja de aventureros que decidió recorrer toda Latinoamérica en una combi, desde su natal Buenos Aires.
De eso ya han pasado seis meses de recorrido y han visitado grandes y pequeños poblados de la región, “haciendo radio en vivo” desde una laptop, con la que transmiten sus vivencias, las que inmortalizan a través de imágenes y textos que publican en la página web www.kombirutera.com.ar y a través de Facebook y Twitter.
“No tenemos horarios establecidos. Viajamos a la hora que queremos, nos acostamos o nos despertamos cuando es de hacerlo y comemos cuando nos da hambre”, señala Maru, quien junto a Martín ha recorrido la mayoría de países de Europa, siendo La Toscana-Italia uno de los lugares más fascinantes que hayan visitado.
Mientras que en Ecuador se quedaron enamorados de Cuenca por su belleza arquitectónica y, sobre todo, porque “es una ciudad súper tranquila y de un clima bárbaro”, comentó Martín, quien al igual que su compañera de aventuras es periodista.
Antes de llegar a Guayaquil pasaron por Machala, Loja, Vilcabamba, Zamora y Cuenca. Su periplo también los llevará hasta Esmeraldas, por la ‘Ruta del sol’, y después irán a Quito para luego viajar hasta el norte y entrar a Colombia. Ellos pretenden llegar a la frontera entre México y Estados Unidos.
“No sabemos cuánto nos demoraremos porque no tenemos un tiempo fijo. Ha habido lugares en donde hemos pensado quedarnos dos días y resulta que nos quedamos más de diez”, sostiene Maru, quien es la que se encarga de lavar la ropa, mientras que Martín atiende la parte técnica y logística.
Entre ellos la “buena onda” es de todos los días. Casi nunca se pelean, pero cuando alguien tiene ganas de hacerlo, sabe que debe ser solo por un minuto. “Esa es la clave para dejar las cosas en paz”, sostiene esta argentina de 36 años. Esta aventura nació una tarde cuando leían una historia viajera en una revista y se preguntaron ¿por qué no hacer lo mismo?
Fue así como pidieron licencias en sus respectivos trabajos por seis meses, en los que recorrieron casi toda Europa, Asía y algunos países de África. Por tiempo perdieron la licencia y decidieron continuar con su viaje por Latinoamérica en una combi ensamblada en 1983.
Martín, quien es hincha a muerte del Boca Juniors, asegura que es agradable conocer a personas de diferentes culturas. “Siempre nos topamos con personajes a quienes les hacemos entrevistas y las publicamos en la web y las transmitimos en la radio. La gente que nos visitan opina y nos dan sugerencias”, dijo.
Pero no todo es color de rosa. Hay días en donde se extraña a la familia, por lo que siempre tratan de estar en contacto a través de la Internet.
También han pasado peripecias. Una que otra vez se han quedado botados y en Perú unos ladrones les abrieron el carro y se les llevaron los equipos tecnológicos.
Sin embargo, esto no los desanima porque saben que estas situaciones pueden pasar. “Siempre que emprendemos un viaje nuevo salimos confiados en que cada día será mejor que el anterior. Que la gente será nuestra guía para ir descubriendo lo rico que somos en Latinoamérica. Porque como ciudadanos de este mundo lo disfrutamos”, concluyó Martín, no sin antes asegurar que cuando terminen de recorrer el continente no tienen idea de lo que harán después.
“Ya veremos qué pasará después. Ojalá haya ahora alguien que quiera comprar crónicas de viaje (...) pero por ahora esperamos divertirnos y conocer lo que más podamos”, finaliza Maru.