Leonel Capitano y Joel Tortul raen a Guayaquil la pasión del tango
Por 1984, Leonel Capitano ya sentía inclinación por el tango. Lo aprendió de su abuelo materno José ‘El loco’ Castro, quien fue un destacado arquero que militó en el Newell’s Old Boys y Boca Juniors y, además, fue un aficionado de este popular ritmo argentino.
A los 7 años empezó sus estudios de música y destacó en diferentes concursos de canto. Obtuvo el primer lugar como solista en el Encuentro Juvenil de Cultura de la Provincia de Santa Fe.
Mientras esta joven promesa de la música conseguía sus primeros palmarés, su padre, el director técnico Salvador Capitano, lo hacía en Guayaquil dirigiendo a los clubes del Astillero, equipos con los que consiguió coronarse campeón del Torneo Apertura y de la serie A: Emelec (1992-93) y Barcelona (1995).
Debido a esta buena racha, Capitano trajo a su familia a Guayaquil, en donde Leonel no descuidó sus aspiraciones. Incluso, cuando su padre era invitado a diferentes espacios radiales y televisivos él lo acompañaba y no perdía oportunidad para demostrar sus dotes artísticos. Fue en Cabledeportes donde tuvo sus primeras apariciones musicales frente a las cámaras.
A su regreso a Argentina fue convocado para integrar el grupo “Baruyo”, con el que hizo sus primeras presentaciones como profesional. A partir de ese momento su carrera despuntó y poco a poco fue consolidándose como uno de los intérpretes de tango más destacados de su país de los últimos años.
Y aunque Leonel, ahora de 33 años, ha llevado su arte por países como Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España, Italia, Alemania, Austria, Suiza, República Checa, Bélgica y Francia, entre otros, considera que aún falta mucho por hacer para que esta música retome el sitial que tuvo antes de los años 60. “El tango no es solamente mi manera de expresión sino que hay un fuerte componente ideológico. Nuestra generación está recuperándolo, más que del olvido, de la indiferencia a la que ha sido sometido por los medios de comunicación, a partir de un programa sistemático de la destrucción de las culturas regionales provocado por el gran imperialismo cultural que tuvimos a partir de la época del 60”, considera.
Leonel aplaude el hecho de que poco a poco las nuevas generaciones están dándole al tango el sitial y el valor que se merece. “Poco a poco se ve en Argentina que salen nuevas orquestas y es incluido en programas de gestión cultural. Además hay más milongas, que son los espacios en donde las personas van a disfrutar de estas melodías”.
Y es precisamente dentro de ese “ambiente” en el que Leonel conoció a Joel Tortul (Santa Fe-1986), quien es uno de los jóvenes pianistas más destacados de Argentina de la última década. A diferencia de Leonel, el talento de Tortul es más académico. Disfruta del tango desde la sonoridad que emiten las teclas de su piano, con el que ha conseguido importantes triunfos y la ovación del público en diferentes festivales artísticos como el de Cosquín y Baradero y en constantes presentaciones en Chile, Brasil y Cuba.
Sus inicios en la música se remontan hace veinte años exactamente, cuando empezó a estudiar teclado. Ya a la edad de 14 años comenzó a participar de varios festivales nacionales. Confiesa que entró a “la onda tanguera” por su música más que por las composiciones, teniendo al célebre Astor Piazzolla como uno de sus referentes más grandes.
Sin embargo, reconoce que con el tiempo sus sentimientos se van dividiendo porque ha tenido la suerte de toparse con grandes artistas a los que ha llegado a apreciar y admirar. Joel se siente bendecido porque hasta el momento ha podido vivir de lo que más le apasiona. Siente agradecimiento por las personas que lo ayudaron desde sus comienzos en su pequeño pueblo: Fuentes.
A ese lugar vuelve constantemente para visitar a familiares y amigos (ahora vive en Buenos Aires) y también colabora con un centro cultural en donde se forman niños y adolescentes que inician en la música. “Me gusta mucho la parte social en la que la música me permite trabajar. Estamos restaurando unos galpones viejos de un ferrocarril para hacer un gran auditorio artístico y de cierta manera retribuir todo ese apoyo que me han dado”, comenta.
Y aunque estos artistas han desarrollado sus carreras por separado y con producciones discográficas exitosas, a las que no le han faltado los elogios, ahora se han enrumbado en un proyecto conjunto que tiene como fin promover el tango por varios países. Están en Guayaquil desde la noche del martes pasado y han hecho de las instalaciones del Hotel Ramada su centro de operaciones artísticas.
Desde aquí hacen contactos para futuras visitas a diferentes ciudades del Ecuador a fin de ofrecer talleres y charlas referentes a esta apasionante música. “Estuvimos en Quito en un festival de tango y nos fue muy bien. Hemos tenido acercamientos con personas de otras provincias y están muy interesados en nuestro proyecto. Incluso nos gustaría grabar un disco en vivo con algunas orquestas de cámara de este país que están en un muy buen nivel y eso nos motiva muchísimo”, comentó Leonel, quien junto a Joel también se da tiempo para disfrutar de la ciudad paseando por sus calles, parques y avenidas.
Mientras tanto se preparan para ofrecer un concierto en el Centro Ecuatoriano Argentino. En el espectáculo, denominado ‘El tango vive’, estos artistas harán un repaso por los mejores éxitos de reconocidos artistas de tango y también interpretarán canciones inéditas.
ENTÉRATE
El Centro Ecuatoriano Argentino está ubicado en la Ciudadela Miraflores, Calle 6ta #104 y Av. Guayas.
Para asistir a esta cena show los interesados deberán pagar una adhesión de $ 30 por persona ($50 la pareja) y pueden hacer sus reservaciones a los números telefónicos 0997993211 o al 0981167244.