En la sala la bota se exhibirá el 12, 13 y 14 de octubre, a las 20:30
Las mujeres tomarán el control en Salsa y Merengue
Un tributo a las mujeres ecuatorianas por su forma de sacar adelante a la familia y esa perspicacia para enfrentar cualquier crisis es lo que plasmó el director de teatro musical, José Miguel Salem, en Salsa y Merengue. El nuevo proyecto de su autoría, escrito por Jorge Lozada, lo llevará a la sala La Bota (Malecón del Salado), los días 12, 13 y 14 de octubre, a las 20:30.
Con esta obra, el fundador de Danzas Jazz incursiona en la realización de una historia que evoca la cultura e idiosincrasia local, dejando a un lado la majestuosidad de sus producciones en escenarios grandes. “Es todo un reto hacer en un teatro chiquito, es súper difícil para mí porque nunca hay cambios escenográficos, nunca se cambian de vestuario, los bailarines sí. Por eso se usa los blackouts, las luces y la capacidad actoral para que ellos puedan divertir y no aburrir en una hora y 15 minutos”.
Considera que en la ciudad se ha diversificado la oferta de la comedia mas no una trama que desarrolle situaciones sociales típicas del guayaquileño que agreguen el drama para invitar a la reflexión.
“Tú te das cuenta de que todas las cosas son en contra de las mujeres, en burla de ellas y el hombre queda como el bacán y el bruto que está sobre ella. No hay ‘la mujer es mujer y vive como mujer’ y aquí en esta casa todas son mujeres, o sea eso no lo he visto”, opina el pionero de teatro musical en el país.
En el suburbio nace la historia
En una villa en el suburbio conviven 3 mujeres: Yolanda Zorrilla (Mercedes Payne), su hija Yajaira del Carmen (Nicole Rubira) y la suegra Estela de Cedeño (Vanessa Ortiz). La vecina Rosa Elena (Claudia Camposano) es la mejor amiga de Yolanda y el único hombre que asoma es el taxista Pedro Pérez (Hugo Chávez).
En esta historia Yajaira es la chica guapa y carismática que trabaja en un reality de televisión, mientras que su madre, Yolanda, labora como empleada doméstica para una familia de Samborondón.
Es viuda y se desestresa con su vecina contándole todas sus confidencias. Para esta mamá abnegada su hija lo es todo, hasta que un día se entera del verdadero oficio que ella ejecuta en las noches.
La noticia desencadena una crisis familiar poniendo en evidencia la incomunicación que se ha vivido por falta de confianza.
Una trama que llevará al espectador de la risa al llanto y a la ilusión que las coreografías reflejarán al son de temas conocidos de salsa y merengue en las voces de Rubira y Chávez.
“Los bailarines son Yadira Ramón, Ivonne Hidalgo, Joel Jaime y Jesús Oliveros, quienes entrarán cada vez que haya una situación que se hilará con una letra de salsa o merengue conocida”, cuenta Salem.
Un elenco a gusto con la trama
“Dentro de la obra se van a saber secretos de Yolanda que el público se va a quedar loco; es una mujer que cuida mucho a su hija y creo que muchas amas de casa se van a sentir identificadas con su personaje”, comenta Payne, quien está a gusto de tener toda la carga dramática de la obra, porque dice que siempre a ella se la encasilla con la comedia.
Claudia Camposano será su compinche y la que le pondrá la tónica picante y cómica por un novio que no se verá en escena, pero que por su voz se identificará como un afrodescendiente que la llamará a cada momento para ‘tener intimidad’.
“Destaco en Rosa Elena la picardía, lo inoportuna y sin filtro que puede ser una mujer para decir las cosas sin pensarlas”, manifiesta la actriz de Cuatro Cuartos.
En cambio Chávez entrará en el rol de un ‘taxista amigo’, de confianza, educado, respetuoso y tímido. Loco enamorado de Yajaira, vivirá un amor en silencio que expresará a través del tema ‘Que alguien me diga’, de Gilberto Santa Rosa, en una interpretación romántica que estremecerá al público.
El cantante afirma que este personaje revelará, por la imprudencia que lo caracteriza, el secreto guardado de la chica de sus sueños, lo que desatará una tormenta en la familia. “Está repleta de comedia, la gente disfrutará mucho, tiene la dosis correcta de drama, pues nos representa tal cual como somos. En este caso, se enfoca bastante en la mujer y retrata el cuadro de una vivencia tal cual como es el día a día de ellas”, cuenta el artista, de 23 años, quien se sintió identificado con Pedro, por sus sentimientos y valores.
Para Salem esta obra fue hecha para ese público que no ha podido disfrutar de sus producciones y que a diferencia de otras, esta vez contemplará música tropical de generaciones de décadas del 80 y 90. (I)