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Ellos le cantan a la muerte desde Ecuador

Ellos le cantan a la muerte desde Ecuador
02 de noviembre de 2014 - 07:55 - Blanca Moncada Pesantes / Guayaquil

La muerte se impone en la memoria colectiva como uno de los más grandes misterios universales. ¿Qué hay más allá de la vida?, ¿quedan los espíritus atrapados en este mundo?, ¿cómo debemos afrontar una pérdida...? Surgen las preguntas al abrir ese gigante abanico de la no existencia sin que alguien haya podido aún responder con precisión alguna. 

Para tranquilizar las dudas, el poeta español Antonio Machado decía que “la muerte es algo que no debemos temer, porque mientras somos, ella no es, y cuando ella es, nosotros no somos”; pero la expectativa hacia este fenómeno no cesa, y menos en el arte: esculturas, pinturas, coreografías y obras teatrales y literarias se inspiraron en el momento en que la vida acaba para crear las más sublimes obras luctuosas.

La música no se queda atrás. Bajo parámetros que se vierten en una indeterminada amalgama de temáticas al respecto, artistas de todo el mundo dejaron inmortalizada su perspectiva sobre la muerte a través de diferentes géneros. 

Hay que reconocer, eso sí, que algunas canciones se han popularizado más que otras. Por ejemplo, llega usted a un sepelio y es casi seguro que, aunque sea en un celular, sonará el clásico ‘Amor eterno’, de Juan Gabriel o Yo te extrañaré de Tercer Cielo; pero es preciso también destacar a esas otras propuestas no tan tradicionales que no dejan de ser poemas muscializados.

Se enfila en este último grupo Mago de Oz, con aquel versado sencillo al que denominó ‘Réquiem’, una elegía a la ausencia que se sufre luego de que alguien pierde la vida, y que reza: “Ahora que ya tú no estás aquí / siento que no te di / lo que esperabas de mí…”. 

 

El tema de la muerte también ha servido de inspiración a músicos ecuatorianos, quienes valiéndose de bases sonoras de rock, o de fusiones de ska, reggae, hard core y trova, grabaron un sinnúmero de sencillos que hoy pueden encontrarse en internet.

La lista local empieza con Cabaré. En ‘Flores para los muertos’, que forma parte del disco ‘Son cosas que pasan’ y cuyo audiovisual se estrenó el año pasado, el grupo “habla de que tenemos que aprovechar en el presente a las personas que queremos y que aún tenemos”, explica a este diario el guitarrista Miguel Ochoa.

 

 

El tema lo escribió entre el 2009 y 2012 el vocalista Mayckol Ureta. Recogió allí varios capítulos de su vida con los que cualquiera puede sentirse identificado.

‘Fiesta final’ es más rítmica. Pertenece al álbum homónimo de Armada de Juguete y suena a ska. Habla sobre el sepelio, sobre el final de la vida, sobre los velatorios, sobre esa mirada general hacia las costumbres que rodean los decesos... y a la vez deja una reflexión entre versos: "Algún día te va a tocar a ti... No te agarres mucho de esta vida. ¿Para qué?".

‘Vasija de barro’, escrita en 1950 por un grupo de artistas ecuatorianos y versionada por la banda Sobrepeso en 1999 para la película ‘Ratas, ratones y rateros’, aparece en este reportaje musical con su versión más actualizada. Allí se habla del recibimiento ancestral de la muerte, aquel que practicabas nuestros antepasados.

Guanaco, ex vocalista de la emblemática Sudakaya, propone en cambio una mirada más personalizada de la muerte, en tono rapero. En su tema ‘Polvo en el asfalto, que empieza con voces en una misa, pregona cómo se imagina el día en que ‘la huesuda’ le llegue a él: “El día de mi muerte quiero ron, quiero cerveza, quiero una banda tocando esta misma pieza, que los fariseos no vengan flores a dejar…”.

Producida por Xavier Muller y parte del álbum ‘Raíz’, este tema lo escribió el año pasado. “Es una especie de  testamento en el que me deshago de lo que me sobra y dejo como legado mi única propiedad que son  mis letras”. Guanaco confiesa que, en su caso, la muerte es un tema cercano, porque en momentos de su vida la ha tenido muy presente. En circunstancias de este tipo, la música lo ayudó a apaciguar esa sensación de luto.

Algo así le pasó a Moncho Villacreces, de G.O.E., en ‘Abatidos del concreto’, una canción que nace como un grito desesperado, como una “plegaria de los inocentes” que han muerto de forma violenta. La segunda estrofa rescata una historia real que vivió de cerca: “Encontrados maniatados dentro de un canal y a la orilla de la Perimetral…”. Dice al respecto que “nace de las inevitables y recurrentes lecturas de titulares de crónica roja, que salen en prensa y televisión”.

Sergio Sacoto decidió ir aún más allá. El ex Cruks en Karnak realizó hace años una oda a la muerte vista de forma protagónica. En la canción ‘Lo necesario y lo superficial’, cantada en primera persona, estremece al oyente desde la primera estrofa, en un afán de hacer recapacitar a los deudos desagradecidos: “Desde que morí / nadie me recuerda / vago por la calle sin encontrar conocidos para conversar. / Desde que expiré mi vida no es vida…”.

“La escribí pensando en todos mis seres queridos; en lo tontos que nos debíamos ver ante sus ojos (si ellos nos pudiesen ver). Preocupándonos y sufriendo día a día  por  las cosas más vanas. Quise poner escondido en la lírica el sentimiento de fortuna y alegría  que implica estar aquí todavía”.

En la lista también hay temas que inspiraron muertes de famosos personajes, como ‘JJ’, de Salú, en donde describe el proceso del fallecimiento del ‘Ruiseñor de América’, narrado sobre lo que él llama un reggae chichero, desde una versión que le contó el requintista Rosalino Quintero.

También dedicada a alguien que se fue está otra que escribió Jaime Guevara. A manera de cuento corto, el trovador quiteño narra en ‘Mi perrito de 8 sucres’ cómo llegó a su vida un can y la forma en que dejó de existir debajo de las llantas de un auto. Es un tema tan triste que haría llorar al más insensible.


Alejada del melodrama, la banda más chimba del Ecuador, RoCola Bacalao, propone más bien una reflexión  en ‘Humberto el muerto’. Fue escrita por Iván ‘Shadito’ Mendieta, un músico de ese grupo.

“Es una canción en la que invito a la gente a que haga todo en vida, que abrace, que diga a sus seres queridos cuánto los quiere, que suba montañas, que haga todo lo que quiere, todo en vida. En el tema, el personaje ficticio llamado Humberto canta desde el más allá, tranquilo de haber hecho todo lo que quiso cuando estuvo en el más acá”, describe el artista.

Cantada en cualquiera de las personas que ofrece el género narrativo, la no existencia seguirá siendo fuente de inspiración para los artistas, porque todos están conscientes que está ahí, que algún día deberemos mirarla de frente, que -como interpretó la India María en ‘El miedo no anda el burro’: “La muerte te llega cuando tú menos la esperas. La muerte te espera, pos te lleva aunque no quieras...”.

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