La historia se remonta a su adolescencia
Kléber Alejandro canta cómo fue su Amor de playa
Kléber Alejandro era un adolescente de 13 años cuando conoció a Karen en el Liceo Cristiano. Ambos eran compañeros durante los primeros tres años de colegio, en el ciclo básico, pero al escoger sus especialidades debieron separarse. Él escogió físico-matemático y ella informática. Y pese a que eran muy amigos, él no sabía cómo decirle lo que sentía por ella, al menos hasta que coincidieron en un viaje a Chanduy.
Cuenta el hoy cantautor y docente guayaquileño que habían ganado un concurso que les permitiría ir a un retiro espiritual en aquel balneario. Ahí, en medio de la brisa marina, decidió revelarle lo que sentía por ella desde que la conoció años antes en el mismo colegio.
Ahora aquella historia de secundaria cobra vigencia, a través de la canción ‘Amor de playa’, que Kléber Alejandro había compuesto inicialmente para su esposa Karen y ahora formará parte de la banda sonora de la película Con alas pa’ volar, del cineasta quiteño Álex Jácome, que se estrenará posiblemente entre febrero y marzo de 2016.
“La canción surgió hace un año y tres meses para ser exactos. Coincidí con Peter Guerrero, un antiguo amigo mío que residió por algunos años en Italia donde conoció a Álex. Lo conocí a él a través de Peter. Ahí supe que Álex estaba planeando la película cristiana que mezcla drama y comedia, más el perdón como tema central de reflexión. Yo ya tenía ‘Amor de playa’, que se asocia a varias escenas de la película en la que la pareja protagonista inicia un romance en las islas Galápagos. Incluso se casan en la playa. Álex me invitó a que actuara como el pastor que los casa”, detalla el artista, quien nació como Kléber Xavier Chóez Martillo y cambió el segundo nombre Xavier por Alejandro, que es el que lleva su hijo menor.
La base instrumental es con ukulele, pero con el paso de los meses se ha ido mejorando con la incorporación de otros instrumentos.
“La canción ha tomado cuerpo. La letra es muy sencilla, pero me identifica porque relata lo que yo pensaba de Karen cuando estuvimos en ese retiro en Chanduy. Eran las palabras que luego le dije. Yo la veía cada día a las primeras horas. Por eso la canción dice: ‘Me levanto muy temprano en la mañana para verte/ no sales de mi mente...’ y más estribillos. Quise que fuera lo más romántico y poético posible, pero a la vez sencillo, con una esencia pegajosa, rítmica”, refiere Kléber Alejandro, quien ha sido profesor de canto de artistas con trayectoria, como la portovejense Johanna Carreño o Jorge Luis del Hierro. De hecho, este último fue también su compañero en la banda cristiana Freedom junto a Miguel Johns, Javier Molina y Daniel Kenesevich en 1996.
La canción fue producida en su estudio Music & Arts, que posee en Urdesa. Ahí confió en Fernando Cuadrado como productor, quien como músico es baterista de la banda Mono Tono. La masterización se realiza en Argentina.
Durante el proceso, la canción dio un ligero giro al hip hop cuando Kléber Alejandro, quien integró Van Mozart en 2005, conoció a un artista callejero, que prefiere que lo llamen Break Jam.
“Él es de Quito. Un día me lo recomendaron y, más que su talento, me llamó más la atención su historia. Él rapea en los buses para sobrevivir. Quise darle una oportunidad, pero con la intención de formarlo de a poco en un artista porque tiene mucho talento”, dice Kléber Alejandro quien tiene un don de enseñanza que lo lleva a romper esquemas como subirse y bajarse de escaleras para que alumnos menores de 12 años entiendan mejor qué son las escalas musicales, las notas y los complicados semitonos del piano.
Se siente agradecido con Dios por las personas que lo han formado. Cuando estudiaba en el Liceo Cristiano fue enviado a capacitarse en talleres en Costa Rica y Guatemala. Entre sus maestros tuvo al estadounidense Marcos Witt y el costarricense Danilo Montero, reconocidos pastores y cantantes de música cristiana internacional.
En aquellos talleres no solo recibió técnicas de canto y coralización, sino también dirección musical, por lo que aprendió a colocar los elementos musicales apropiados para formar a un talento.
Kléber Alejandro, quien es un fan confeso de The Beatles (tanto que una de las paredes de su estudio tiene un mural de ellos) y de Chespirito, domina la guitarra, el piano, el ukukele y el xilófono, que le permiten una versatilidad en su música, aunque su esencia es de baladas pop. No obstante, en ocasiones ha roto ese esquema con canciones como ‘Gente grande’, que es latina, tipo vallenato, como las de Fonseca. De hecho, ‘Amor de playa’, pese a ser una balada, tiene su enganche rítmico y la historia personal del eterno romance con Karen, la madre de sus dos hijos. (I)