Gustavo Moscoso, sentido y devastado por la muerte de Óscar de la Renta
Muy pocos diseñadores en Ecuador pueden darse el lujo de decir “yo conocí a Oscar de la Renta”, como el cuencano Gustavo Moscoso, quien en varias ocasiones compartió criterios y experiencias con el destacado diseñador dominicano, quien falleció la noche del lunes a consecuencia del cáncer.
La generosidad del famoso diseñador era tal que recibía en su atelier de Nueva York a todos los diseñadores emergentes que necesitaban de sus consejos y experiencias para destacar en el mundo de la moda. Él nunca se negaba, solo bastaba una cita.
“Oscar era un hombre maravilloso, auténtico y generoso porque le gustaba compartir sus conocimientos y experiencias con todos los que íbamos a su casa de modas. Tuve el honor de acompañarlo en las pasarelas de México y en su último Fashion Week de Nueva York”, dijo Moscoso.
“Ese fue uno de los mejores regalos que me dio. Se mostró divino en todo momento y ver lo caballeroso que era con todos quienes se le acercaban a saludarlo era fascinante. No solo hemos perdido a un gran diseñador sino a un extraordinario ser humano. Estoy sentido y devastado por su muerte”, acotó.
El diseñador radicado en Guayaquil aseguró que De la Renta marcó un antes y un después dentro de la industria, y dejó claro que la sobriedad y la elegancia están por encima de cualquier patrón de moda.
Los trajes de Oscar de la Renta casi siempre estaban hechos en textura de lana, emparejados con un top de gasa con volantes. También se caracterizaban por las chaquetas recortadas con falda de talle alto, como las que mostró en su colección Otoño 2011, o por un cárdigan y una falda tipo tubo que lució en esa misma pasarela.
Dentro del mundo de la moda está claro que Oscar de la Renta era elegante y sobrio, pero siempre incluía en cada una de sus colecciones detalles étnicos de la cultura latinoamericana, como los collares gruesos y en colores de mar o estampados mongoles y tejidos.
Las siluetas también transmiten su estilo étnico a través del caftán, que era recurrente en la línea de De la Renta a través de las años. “En cada pasarela dejaba claro que era un diseñador latino y estaba orgulloso de sus raíces. Abrió el camino para varios creativos latinos que llegaron después”, dijo María Susana Rivadeneira, empresaria y gestora de moda en el país.
La ex Miss Ecuador aclara que la mejor carta de presentación del dominicano fue la sobriedad en las pasarelas, que lo mantuvo alejado de las extravagancias a las que suelen recurrir otros destacados diseñadores.
“Oscar fue fiel a su estilo y diseños, pero no quiere decir que la extravagancia sea algo malo. Son estilos diferentes. Lo que pasa es que en sociedades de mente más cerrada como la latina no nos gusta eso y pensamos que está mal”, acotó Moscoso, quien estará la próxima semana en el Designer Book que organiza Rivadeneira en favor de la moda y la industria textil ecuatoriana.
El icónico diseñador dominicano Oscar de la Renta falleció a los 82 años de edad. El empresario de la moda nació el 22 de julio de 1932 en Santo Domingo (República Dominicana).
Se distinguió por sus elegantes creaciones que lo llevaron a la cima. Oscar de la Renta era considerado uno de los más grandes diseñadores del mundo, conocido especialmente por sus confecciones sencillas e inspiradas en la mujer moderna.
Sus creaciones también estaban teñidas de un tinte romántico, lo que lo hizo célebre en la década del 60 vistiendo a la entonces primera dama de Estados Unidos Jacqueline Kennedy. No fue la única, ya que más tarde también haría lo mismo con otras ocupantes de la Casa Blanca como Betty Ford, Nancy Reagan, Hillary Clinton y Laura Bush.
Antes de ella toda una pléyade de estrellas lució sus trajes: desde Audrey Hepburn o Elizabeth Taylor, en sus inicios, hasta las más recientes celebridades como Madonna, Penélope Cruz, Sandra Bullok, Anne Hathaway, Shakira, la periodista Barbara Walters o la reina Noor de Jordania, por citar solo unos nombres.
Hijo de madre dominicana y padre puertorriqueño, se formó en España, porque admiraba el buen gusto de Cristóbal Balenciaga, al que siempre consideró su mentor y dedicó su primera colección en Nueva York.