Fernando Vargas: Llevo la bandera alzada en defensa del pasillo
Para Fernando Vargas ser reconocido es un sueño que poco a poco va construyendo, desde el 2004, cuando empezó a componer pasillos, inspirados por el talento que tienen artistas de este género como Julio Jaramillo.
Con apenas 14 años, ya daba sus primeros pininos en la música, luego de haber sido descubierto por un profesor del Vicente Rocafuerte, plantel donde estudiaba. De eso ya han pasado ocho años y ahora Fernando es uno de los artistas juveniles más representativos del pasillo.
¿En los últimos tres años cómo ha evolucionado su carrera?
La gente ya me reconoce como el jovencito que canta pasillos, pero no me identifican por mi nombre. Antes ni siquiera eso.
¿Y eso molesta?
No me molesta porque sé que todo va de a poco, pero me gustaría que ya el público me identifique, tal como lo hacen los medios de comunicación que siempre me han abierto las puertas. Actualmente estoy de coprotagonista en la serie de César Carmigniani, la cual trata sobre la vida de Julio Jaramillo y en la que interpreto a Rosalino Quintero. Lo curioso es que ahora me dicen Rosalino en vez de Fernando. (Risas).
¿Conoció a Rosalino?
Tuve la suerte de conocerlo un año antes de que fallezca cuando coincidimos en Radio Cristal. Él me trató súper bien y aunque siempre fue un gran artista nunca perdió la humildad. Me he dado cuenta de que los artistas mientras más importantes se convierten, más sencillos son. Rosalino me dijo que le gustaría hacerme unos arreglos musicales para un disco, pero lamentablemente no alcancé. Me quedo con el recuerdo que al menos lo conocí y vi la buena persona que era.
¿Eso le ha ayudado a su personaje en la serie?
Desde luego. Eso me ha ayudado porque vi cómo él actuaba, lo humilde y bromista que era. Siempre le daba consejos a los demás y era muy positivo. Sé que con Julio Jaramillo también lo hacía. Él fue un gran hombre y artista.
¿Conocer a estos artistas en qué lo ha beneficiado?
Me ha dejado claro que la humildad y la sencillez deben estar por delante de cualquier cosa. Me enseña a que hay que ayudarnos entre los artistas, así como ellos me han ayudado a que yo salga adelante. Por ejemplo, Hilda Murillo tiene una trayectoria impresionante y siempre me ha invitado a su programa. Ella me trata como a un amigo, sin pretensiones ni nada por el estilo.
¿Cree que los realitys de canto en la televisión ayudan a los jóvenes como usted que quieren abrirse paso en la música?
Una cosa es reality y otra es concurso. El primero no me gusta porque creo que a nadie le interesa saber la vida de los demás. Y el segundo, obviamente sí, porque ahí las personas van a demostrar su talento. Lo malo es que son muy pocos los concursantes que se atreven a cantar pasillos y si lo hacen no pasan de la segunda ronda.
¿Con esto cree que el pasillo está desapareciendo de a poco?
Al contrario, creo que cada vez más hay jóvenes como yo se están interesando por el pasillo. En el caso de los concursos es que los jueces son personas que no están calificadas para dar una veredicto a otro cantante. Han habido jurados que llevan solo un año en la música.
¿Y se siguen componiendo?
Claro, yo compongo pasillos.
¿Por qué en los repertorios la gente siempre pide los mismos pasillos?
El público es nostálgico. Le gusta lo que ya conoce porque lo hace vibrar, sentir y hasta llorar. Además si no saben otros pasillos es porque no hay la difusión suficiente. A mí me ha pasado que cuando canto algo nuevo la gente está fría, pero cuando canto los que ya conocen se animan.
¿Por qué las nuevas composiciones no han trascendido?
Lo que pasa es que las nuevas canciones están mezcladas con otros ritmos como el ‘pasillo rocolero’ que se hace ahora. Son muy pocas las que está hechas con la poesía de antes. Tampoco estoy denigrando al pasillo rocolero, sino que este tiene una letra menos elaborada con frases simples y no pueden superar versos como “Cuando de nuestro amor la llama apasionada dentro tu pecho amante contemplas ya extinguida...” Nadie ama a lo que no conoce.
¿Y con tantas desventajas por qué continúa en este género?
Porque me gusta el pasillo. Creo que soy el cabecilla de los cantantes jóvenes que lleva la bandera con la mano alzada defendiendo al pasillo y a la música ecuatoriana. A mí me gustó cuando Juan Fernando Velasco grabó pasillos porque esa es una forma de acercarse a la gente de su generación. Los jóvenes sí saben que existe el pasillo, pero a veces no les gusta escucharlos en voces de cantantes viejos como dirían; pero si viene alguien afín a ellos sí. A Juan Fernando le fue muy bien.
¿Y cuándo sacará un disco con pasillos?
Ya no es como antes que las casas disqueras te pagaban por grabar, ahora el artista tiene que grabar por su cuenta. Pero sigo cantando en festivales y conciertos que me invitan. Por ahora seguiré en la actuación y espero que la gente me conozca más. Es un proceso largo, pero no me daré por vencido. Cuando las cosas se hacen con amor todo sale bien.