Se llama Farina Pao Paucar Franco, y aunque comenta que cuando estudiaba en la secundaria no le gustaba para nada. Recuerda las palabras que un día le dijo su madre: algún día serás famosa con ese primer nombre.

“Soy cantante gracias a mi madre. Ella siempre anheló ser artista y no lo logró, así que quería que yo le cumpliera ese sueño”, expresó Farina, que aunque nació en la Costa de Colombia (Medellín), proviene de una descendencia árabe-libanés, por parte de su madre, y peruana-china, por el lado de su padre.

“En libanés Farina significa ‘faro de luz y única’ y Pao en chino significa ‘envolver’. Mi familia materna es de músicos y crecí escuchando cumbia, fandango, chandé y todo ese folclore que representa la isla colonial de Mompox y Talaigua, del departamento de Bolívar”, menciona.

El sueño que tenía la madre de Farina: que sea una cantante reconocida, se comenzó a cumplir en el 2005 cuando ocupó el tercer lugar en el concurso de talento Factor X.  

En este concurso se presentó interpretando reggaetón, género con el que se involucró a los 14 años, aunque cuando era parte del coro religioso de su colegio prefería pop y baladas.

“En mi adolescencia me incliné por el rap, dance hall, reggaetón y R&B, porque me encanta ver a las mujeres negras cómo bailaban, se vestían, rimaban sus canciones. Por eso en el reality me presenté con ese estilo y fui la primera cantante colombiana en hacer género urbano porque aunque no ocupé el primer lugar en el concurso, los productores decidieron también hacer mi disco, pues tuve mucha acogida con niños y jóvenes porque en esa época tenía 17 años. Así publique en el 2006 el CD ‘Yo soy Farina’, con el que hice una gira por toda Colombia y visité Atlanta para algunos shows”, dijo.

Durante cinco años estuvo totalmente alejada de los escenarios. Para Farina fue una época muy dura, puesto que después de haber logrado lo que anhelaba tuvo que darse una pausa para aprender. Clases de canto fueron parte de este crecimiento y además se concentró en mejorar su composición.

Pero es en el 2011 cuando el público la vio nuevamente dando de qué hablar en los medios, y no precisamente como cantante, sino que incursionó en el mundo de la actuación, tras ser elegida para ser una de las protagonistas de la exitosa serie colombiana ‘Tres milagros’, en la que interpreta a Nikita, papel con el cual obtuvo nominaciones como Revelación del año y Mejor protagonista femenina en los reconocidos premios Tv y Novelas 2012.

“Cuando me llamaron para ser parte de la serie les dije que no, porque nunca he buscado ser actriz, pero me convencieron y viajé a la ciudad de Bogotá, ni siquiera tomé clases de actuación para grabar, todo fue muy natural porque mi historia es similar: una muchacha de un barrio humilde, cantante rapera; lo único en que no me parezco es que yo no he tenido que matar a nadie. Acepté esta propuesta porque justo estaba grabando mis canciones para volver a la música, y mientras estaba en la serie lancé el tema ‘Soñar no cuesta nada’, que es parte de mi segundo disco con 12 melodías escritas por mí”, explica.

‘Del odio al amor’ se titula el reciente álbum de la artista, y desde el 2012 hasta la actualidad visita distintos lugares promocionando los temas ‘Pongan atención’ y ‘Money, money’.

“Continúo promoviendo estas canciones por la acogida que han tenido, por ejemplo ‘Pongan atención’ tiene un baile que yo hice, entonces en YouTube hay muchos videos de personas imitándolo. En el disco hay dos temas a dúo, una con Pipe Calderón y otra con Rayo y Toby. Y titulé así al disco porque al principio fui mal vista por hacer género urbano, otros me apoyaban, pero ahora me aceptan y todo ha pasado del odio al amor”, indica.