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Fabrikante trasladó su música bucal a México

Fabrikante trasladó su música bucal a México
20 de noviembre de 2013 - 00:00

Lengua, garganta, nariz y labios son los instrumentos que desde 2004 utiliza el artista guayaquileño Francisco Valdiviezo, mejor conocido como Fabrikante y la banda mocha. Y es ‘mocha’ porque él solo, y sin nadie más, crea música a partir de la boca, conocida esta técnica como ‘beatboxing’.

El músico, hace 5 meses aproximadamente, viajó a México para estudiar una maestría relacionada al arte y la literatura, y aunque estará en el territorio azteca por un par de años, eso no ha impedido que él siga creando música para su público ecuatoriano.

¿Qué lo llevó a México y hace cuánto tiempo está allá?
Es una sensación nostálgica. Tráfico Spondylus. Nuestros antepasados, del pueblo de los Caras, viajaban mucho a la tierra azteca para intercambiar productos y conocimientos. Decidí hacer lo mismo que ellos, pero en la postmodernidad, así que conseguí una beca para estudiar en una universidad acá. No obstante, tengo que recalcar que no pienso quedarme para siempre, me gusta mucho la tierra de nuestros compañeros “mejicas”, pero creo que mi lugar está más al sur, cerca de Guayaquil, Posorja, Manabí, o en alguna región cercana a estos lugares.

¿Ve alguna diferencia entre el mercado musical ecuatoriano y el azteca?
Creo que siempre será diferente en cada país. El pasado 28 de septiembre toqué por primera vez en la ciudad de Monterrey y la semana anterior, en un show en un colegio en Cuernavaca, y la gente se portó muy chévere.

Por otro lado, recién me estoy vinculando con la escena musical, así que no podría decirte mucho sobre las diferencias.

¿Desde cuándo estuvo atraído por la música?
Desde pequeño cuando veía a mi papá tocar guitarra y a mi mamá el didjeridu. Mi abuelita tenía un theremín (un instrumento musical electrónico también conocido como eterófono en su versión más básica) que ejecutaba en cada Inti Raymi cuando festejábamos el tiempo de la siembra y en el Día del Escudo.

Así que poco a poco fui cultivando un interés por el poder de la música. Empecé a hacer música a los 7 años con unos palos de golf de juguete que utilizaba como guitarra.

Asimismo, mis padres siempre me hicieron escuchar música de todas las épocas y partes del globo desde que estaba en el vientre.

¿Por qué escogió el ‘beatboxing’ o percusión bucal y qué le enganchó de ese género?
Creo que el asunto de lo bucal nació del hecho de que un día mi ‘discman’ (reproductor de CD) se perdió por arte de magia. Nadie en mi casa supo qué le pasó. Un día lo busqué en el lugar donde siempre lo guardaba, pero había desaparecido. Como no tenía dinero para comprarme otro o un mp3, empecé a jugar con la saliva y los labios haciendo ritmos sonoros para tratar de satisfacer el deseo musical en los ratos de ocio.

La Metrovía y su calor humano fueron mi principal lugar de ensayo. Todas esas horas de traslado a la universidad en que tenía que estar aplastado sin poder moverme, empecé a aprovecharlas para hacer música con la boca. Al principio sentía que era algo íntimo, pero con el paso de los años la gente a mi alrededor manifestaba su agrado por los sonidos que hacía. Después se me ocurrió hacer algo donde solo utilicé la boca.

¿Qué canciones impulsa en la actualidad?
Ahora estoy promocionando ‘El refrigerador’, un tema que habla sobre lo sublime de los electrodomésticos. Además este mes lancé su videoclip, dirigido Mario ‘Machalo’ Coronado, director de ‘Chanteoma’. El video lo grabamos en tiempo récord: un día, y contábamos con un presupuesto de 4,50 dólares.

Las fechas de estreno fueron el 7 de noviembre en el cine Ochoymedio, en Quito; en el MAAC Cine en Guayaquil, donde participó el director del video, además se mostraron otros videos y se regaló mi álbum a los primeros 15 asistentes; y también en el MAAC Cine de Manta. El pasado 14 de noviembre se estrenó en el programa ‘El Alternador TV’, de Ecuador TV (ECTV), y mañana se lanzará el videclip en la página de música independiente Plan Arteria (www.planarteria.com).

¿Cómo fue su contacto con ‘Machalo’ para la grabación del sencillo ‘El refrigerador’?
Una semana antes de viajar a México llamé a ‘Machalo’ y le dije si tenía tiempo libre para hacer un video, pero que mi presupuesto era muy corto (risas). Así que barajamos unas ideas y en un día grabamos el videoclip.

¿De dónde surge el nombre de su álbum ‘Memoria y profecía de doña Petita Pontón’?
Surge de una de mis canciones favoritas llamada ‘Petita Pontón’. Una vez en la librería Nuevos Horizontes, ubicada en 6 de Marzo y 10 de Agosto, en Guayaquil, encontré un libro escrito por ella llamado ‘Monos de detergente’. Ahí me enteré que ella fue inventora de instrumentos musicales a base de tierra y que tenía ciertos poderes sobrenaturales, por lo que algunos decían que era una bruja quichua y era la inventora de la Caja Ronca.

Aunque por la poca información que encontré sobre esto, realmente es difícil saber si ese libro lo escribió ella. En todo caso, mi trabajo discográfico es un comentario poético sobre sus profecías y sus recuerdos. Por cierto, existe un excelente libro llamado ‘El pasillo: identidad sonora’, escrito por la socióloga quiteña Wilma Granda, que se publicó en 2008 y me parece un excelente acercamiento a la historia de la música nacional.

Totalmente recomendado para que se enteren que en Ecuador hay más música que orejas. Ahí también se menciona a ‘Doña Petita Pontón’, una canción de autor anónimo que constituye uno de los primeros pasillos escuchados en Quito en 1890.

¿Cuáles son sus siguientes proyectos musicales (respecto a la promoción del álbum)? ¿Y en el área artística?
Por ahora buscó instrumentos de viento hechos de barro como silbatos, ukus, ocarinas. Pienso que en un futuro integraré estos instrumentos a mi acto bucal. Pueden escuchar y descargar mi disco en Spotify, Deezer, Bancamp (http://curaludorum.bandcamp.com/album/memoria-y-profec-a-de-do-a-petita-pont-n) y en iTunes (https://itunes.apple.com/us/album/memoria-y-profecia-dona-petita/id619380948).

El hip hop de los ochenta es el origen del ‘beatboxing’ o percusión bucal

El ‘beatboxing’ o música bucal nace en Nueva York en 1980 con el hip hop.

Es una forma de percusión vocal que se basa en la habilidad de producir beats de batería, ritmos y sonidos musicales utilizando la boca, labios, lengua y voz. También incluye el canto, la imitación vocal del ‘turntablism’ (manipulación del sonido), la simulación de vientos, cuerdas y otros instrumentos musicales.

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