Axl Rose, Slash y Duff McKagan se juntaron en la gira ‘Not in this lifetime’, que terminará en agosto
El reencuentro de Guns N' Roses pareció imposible durante 22 años
Hace exactamente un mes, Axl Rose, Slash y Duff McKagan aparecieron como Guns N’ Roses en el bar Troubadour de Los Angeles. Era la primera vez que se reunían desde 1994, tras las giras del disco doble Use your illusion y la grabación de The Spaguetti incident.
Cuatro años después, Guns N’Roses volvió, pero con Axl como único miembro original porque la separación había sido abrupta, especialmente por el temperamento iracundo del cantante. Él, Slash y McKagan no solo resolvieron sus discrepancias para esa presentación en el Trobadour. Más bien se embarcaron en una gira que empezó el 8 de abril pasado y tiene 31 fechas en ciudades de Estados Unidos, Canadá y México.
Incluso el grupo fue cabeza de cartel del festival de Coachela, que se realizó la semana pasada. La gira se llama Not in This Lifetime Tour. Ese nombre hace referencia a una entrevista de 2012. En aquella ocasión le preguntaron a Rose si volvería a tocar con Slash y Axl contestó: “No en esta vida”. Y no solo eso. Antes había dicho que su entonces excompañero de banda era “un cáncer”.
Cuatro años después de esas respuestas, Axl, Slash y el bajista Duff McKagan, la columna vertebral del Guns N’Roses de los 80 y 90, han vuelto al escenario como si nada hubiera pasado, luego de 22 años. Aunque Slash y Duff no son miembros originales (se formó en 1985 como fusión de L.A. Guns y Hollywood Rose, la banda anterior de Axl), el guitarrista y el bajista son recordados como parte de la alineación clásica.
No obstante, aquello de que las bandas se separen y se reencuentren no es un tema nuevo. De hecho, es un fenómeno habitual dentro de la música, especialmente en el rock. Algunas disoluciones tienen que ver con el fallecimiento de algún miembro clave de la banda.
Un ejemplo de eso es Led Zeppelin que, en 1980, perdió a John ‘Bonzo’ Bonham, su baterista, uno de los mejores de la historia en este género. Pese a eso, el grupo se reunió el 10 de diciembre de 2007 en el O2 Arena de Londres. Allí Jason Bohnam reemplazó a su padre en la batería.
Sin embargo, existen casos en los que esa reunión es prácticamente imposible por las circunstancias en que esas agrupaciones se disuelven. Ahí sus líderes expresan sentencias por las diferencias irreconciliables con los demás miembros.
De hecho, los críticos siempre han sostenido en sus publicaciones que mientras más dura es la separación, más difícil es la reconciliación. No obstante, durante este milenio se han visto reencuentros de grupos después de rupturas que parecían insalvables, como si se tratara un matrimonio en el que ambas partes se dicen de todo. Y en el rock la cosa es similar: los miembros de una banda intercambian insultos en la prensa, la vuelta parece imposible y luego mágicamente las heridas sanan y todo resurge. No son pocas las reuniones que jamás iban a suceder, pero igual sucedieron.
Es el caso de Eagles, quien perdió a Glenn Frey, su guitarrista original en enero pasado. El grupo se había separado de la peor manera en 1980, luego de 9 años. En 1982 el baterista y vocalista Don Henley declaró que volverían a salir de gira juntos “cuando el infierno se congele”. Dos años después echó más nafta al fuego: “Descarto la posibilidad de reformar a los Eagles para la gira Juventud Perdida y Codicia”. En 1993, el cantante country Travis Kitt invitó a todos los miembros a aparecer en uno de sus videos y sorprendentemente aceptaron. En 1994 ya estaban de nuevo en la ruta con un nuevo disco que irónicamente se llamó Hell Freezes Over. (El infierno se congela).
Otra reunión que parecía imposible era la del trío The Police. Sting había dicho varias veces que si juntara al grupo tendría que ser “certificado como insano”. La separación se mantuvo entre 1986 y 2007. En este último año el bajista venía de grabar un disco llamado Songs from the Labyrinth en el que tocaba el laúd. Entonces, en su aparente afán por reinventarse, dijo: ‘¿qué puede sorprender a los fans ahora?’. Sting conversó con el guitarrista Andy Summers y el baterista Stewart Copeland para una gira y un DVD en vivo en Argentina, que curiosamente se tituló Certifiable (certificable).
La historia de Creed relata cómo el cantante Scott Stapp se volvió inmanejable debido a sus problemas con las drogas y el alcohol. Sus compañeros disolvieron la banda y crearon otra llamada Alter Bridge con Myles Kennedy en la voz. Al grupo le fue bien, gracias a lo cual el guitarrista, Mark Tremonti, declaró en 2006: “Creo que todos entendimos que Creed está oficialmente en el pasado. Creed nunca va a volver a existir como banda. Nosotros seguimos adelante y esperamos que todos también puedan seguir”. El “nunca” les duró 3 años porque en 2009 se juntaron y meses después editaron su disco Full Circle.
En Sudamérica sucede lo mismo. Es el caso de la banda argentina Manal, una de las pioneras del rock en ese país. Se separaron en 1971 en medio de sendas diferencias creativas y personales, las cuales quedaron zanjadas (o al menos disimuladas) para la serie de conciertos que dieron en el estadio Obras Sanitarias en 1980 y el disco que grabaron al año siguiente, convenientemente titulado Reunión. Volvieron a separarse. En una entrevista con la revista Mavirock en 2012, Javier Martínez dijo: “Claudio Gabis y Alejandro Medina quisieran volver con Manal. Están equivocados, porque el grupo ya se reunió y se desarmó. Si las segundas partes nunca fueron buenas, terceras sería un asco”. Dos años después los 3 dieron un espectáculo no anunciado en el bar de blues, Red House. Fue un reencuentro efímero, uno de esos que parecían imposibles. (I)