El beso de Iglesias que provocó una ruptura sentimental
Es posible que a la medianoche de ayer muchas chicas hayan envidiado a Fanny cuando Enrique Iglesias besó sus labios en un escenario secundario, de apenas 3x3 metros, que estaba cerca de la torre de control master en el Centro de Convenciones Simón Bolívar.
Lo que ellas no imaginaban era que aquel detalle del cantante español se convertiría minutos después en la ruptura de la relación sentimental de la fan.
Antes del beso las luces se apagaron para que Iglesias pudiera dejar el escenario principal y trasladarse en una caja de equipos de sonido e iluminación hasta la tarima más pequeña. Lo hizo porque quería estar más cerca de su público. Su “euforia” por el recibimiento de la gente lo condujo hacia Fanny, que había escogido un traje a rayas y jeans para la ocasión. El novio de la tenista rusa Anna Kournikova escogió a la fan de 18 años, intercambiaron palabras, bailaron juntos y se abrazaron. Luego la besó en señal de agradecimiento.
La euforia había empezado tres horas antes, a las nueve de la noche del martes, con el cantante ecuatoriano Fernando Pacheco. El interpretó “Qué pena”, “Cómo camina”, de Crucks en Karnak, y “Vamo’ a gozar la vida”.
Después de Pacheco llegó el turno para el DJ rumano Edward Maya, quien estuvo acompañado por su acordeón y Vika Jigulina. Ambos dieron el toque dance a la velada durante media hora, con las canciones “This is my life”, “Stereo love” y otras.
A las diez de la noche la caída de un telón blanco en el escenario amagó a los fans, que creyeron que en ese momento aparecería Enrique Iglesias. El español salió al escenario una hora después.
A las once tres pantallas tipo led proyectaban la letra de la canción “Tonight”. Fue la pauta para la intervención del ganador de 9 premios Billboard. Lucía jean azul, camiseta gris ajustada a su torso y gorra negra. A esas prendas añadió un rosario colgado en su cuello y muñequeras de cuero. Su imagen era muy semejante a la de sus más recientes conciertos. Sin mucho preámbulo tomó el pedestal del micrófono e inició el repaso de temas, desde sus primeros álbumes como Enrique Iglesias, Enrique, Cosas del amor, Escape, 95/98, hasta su último disco Euphoria. La primera de ellas fue Tonight.
Después de esas soltó “Heart beat” y “No me digas que no”, en la que su percusionista lo acompañó en un dueto. Juntos emularon algunos estribillos que suelen cantar los reggaetoneros Wisin y Yandel.
Con el fondo del rasgueo de las guitarras y del bajo, Enrique continuó con “Bailamos”, tema que compusieron Brian Rawling y Mark Taylor, los mismos autores del éxito “Believe” de Cher, con el que decidió cerrar tras tocar la percusión.
El artista paseaba por el escenario de un extremo a otro. Recorría la plataforma que estaba ubicada a lo largo de la localidad Black box para saludar sus seguidores.
Aunque muchos expertos consideren que la voz de Iglesias tiene limitaciones, su carisma queda al descubierto en sus conciertos. Por eso invitó a tres de sus fans, dos de ellos hombres, al escenario para cantar “Nunca te olvidaré”, “Experiencia religiosa” y otras.
El percusionista escogió a uno de los varones llamado Juan Carlos. Luego subió Xuxa, la fémina del trío, que había llegado desde Santa Elena. Ella aprovechó un descuido de los agentes de seguridad para treparse; mientras que Ronald, el otro fan, siguió a Xuxa.
Enrique, junto a su tres seguidores, brindó con copitas de vino tinto por las mujeres ecuatorianas y se tomó fotos.
El bloque romántico continúo con “Lloro por ti” y “Cuando me enamoro”. El intérprete se valió del recurso de la tecnología para cantar con el merenguero dominicano Juan Luis Guerra, a través de una pantalla gigante y audio.
También cantó “Be with you” y “Dímelo”. Previo a esta última, en las pantallas led apareció una cancha de tenis animada que hizo alusión a su novia Anna Kournikova y que él observó fijamente.
La lluvia de papeles picados y las luces apagadas amagaban el cierre de su presentación. Era el momento para el traslado en la caja hacia la tarima más pequeña, donde interpretó “Héroe” y en la que invitó a la gente con un: “Vengan pa’ ca, vení”, repetía.
Luego preguntó a su público: “¿quién quiere subir a la tarima?”, mientras decenas de brazos, la mayoría de mujeres, se agitaban para que Iglesias las eligiera, pero él prefirió a Fanny, sin imaginarse el daño involuntario que su beso le causaría.