Diego Bertie: “No me siento el mejor actor que hay en el Perú”
El actor Diego Bertie se llena de obligaciones, pues en menos de una semana será director y actor de teatro. Como director, estrenó en el Icpna de Miraflores (Lima), Shakespeare R&J, un intenso drama -con toques homoeróticos- en el que habla de la reconciliación. El 9 de mayo estrena, en el Marsano, La novicia rebelde, comedia musical dirigida por Oswaldo Cattone.
Como director ha decidido entrar al mundo de Shakespeare...
Shakespeare R&G no es Romeo y Julieta, sino la historia de cuatro alumnos de un colegio católico, muy cuadriculado, donde se prioriza la ciencia sobre el arte. Estos chicos, a escondidas, deciden montar obras de Shakespeare, y todos los personajes, hombre y mujeres, son representados por ellos. Esto crea una historia paralela de amor entre dos de los estudiantes, lo que genera distintas posturas acerca de los afectos, y les abre una ventana a su humanidad, pues el mundo donde viven es muy restringido. Montar Romeo y Julieta es el pretexto para que afloren todas sus pasiones, todas sus frustraciones, todas sus soledades.
Detrás de Romeo y Julieta hay más que una historia de amor…
Así como Romeo y Julieta habla de la reconciliación de dos familias, Shakespeare R&J habla de la reconciliación de estos cuatro estudiantes, de su encuentro con verdades que van a tener que aceptar, respetar y hasta pelear. Por ejemplo, la obra toca el tema de la mujer: en este mundo machista esta es vista como un acompañamiento, como algo que enaltece al hombre, pero es este quien gobierna. Sin embargo, al terminar la obra, tanto los personajes como el público aprenderán a valorar a la mujer, a respetarla.
El montaje presenta un amor homoerótico. En ese contexto, resulta hasta contestataria…
Por supuesto. Lo que estos estudiantes realizan es tan prohibido y tan peligroso como la historia misma de Shakespeare en Verona. A estos jóvenes, montar obras de Shakespeare les permite tener un acercamiento que no habían tenido antes. Sin embargo, yo hesido muy cuidadoso, y he evitado escenificar los varios besos que planteaba la versión original de la obra, y he tratado de mostrar la pasión y el amor usando otros recursos.
¿Siente que el público peruano se escandalizaría mostrando besos entre hombres?
No, lo hago porque pienso que no es necesario mostrarlos. Esta es una historia de amor, de amistad.
Me parece interesante el uso del arte como vehículo para inculcar tolerancia, el respeto a la diferencia…
Acá debemos volver al gran tema de la obra: la reconciliación, y esta implica el respeto mutuo entre las personas. Por eso, en Shakespeare R&J se habla del homoerotismo, del machismo, de la homofobia, de la familia, de la sociedad patriarcal, etcétera. Por eso, resulta tan actual, por su conocimiento profundo de la humanidad.
Extraña protagonizar obras de Shakespeare...
Me encanta dirigir una obra como Shakespeare R&J porque estoy gozando todo el texto y descubriendo, a través de los actores, su cotidianidad, su humanidad; cuánto nos falta por entender o comprender del otro. Y sobre mi papel como actor, puedo reconocer que en mi cabeza retumban más estos textos que los de una comedia… y esto pasa por su complejidad.
Cómo se siente trabajar con los mejores directores peruanos de teatro…
Me siento orgulloso de ello. En todos los montajes en los que he estado, siempre he tratado de plantear soluciones. No soy de los actores que esperan que el director les diga qué hacer.
¿Recuerda sus primeras obras: Yepeto, la vida es sueño?
Claro. No sé si fue mi mejor época como actor. Cuando llevas 25 años en esta carrera pasas por todo. Además, el teatro es cíclico: hoy se está haciendo mucha dramaturgia estadounidense, pero hace poco se hizo mucha comedia. Sí sé que al inicio de mi carrera como que se me juntaron todos los dramas, y fue agotador.
Por aquel entonces había una especie de consenso y se te consideraba uno de nuestros grandes actores… (Ríe). Pero también me decían “¿por qué siempre haces cosas sufridas?”. En algún momento me creyeron incapaz de hacer una comedia o un musical. ¿Hoy no se diría que soy el mejor actor peruano? Seguramente no, y eso pasa porque hay muchos más, el panorama de las tablas ha crecido, y yo no me siento el mejor.
¿Y le gusta lo que ha hecho en sus 25 años de carrera?
He hecho lo que he querido. Por ejemplo, hoy me toca dirigir y actuar. Como director, en Shakespeare R&J, abordo los temas que, como ciudadano, me interesan; como actor, en La novicia rebelde, divierto a la gente.