“Oye mi son, mi viejo son/ tiene la clave de cualquier generación/ en el alma de mi gente, en el cuero del tambor/ en las manos del conguero, en los pies del bailador/yo viviré, allí estaré/ mientras pase una comparsa con mi rumba cantaré/ seré siempre lo que fui, con mi azúcar para ti/ yo viviré, yo viviré...”, así reza la canción ‘Yo viviré’ de la salsera Celia Cruz, siendo la adaptación del clásico ‘I will survive’ que inmortalizó a Gloria Gaynor.

Y es precisamente este tema con el que todos los seguidores de la música y la carrera de la cubana la siguen recordando, nueve años después de su fallecimiento ocurrido en Nueva Jersey, producto del cáncer en el cerebro que padeció.

Ese año, la llamada ‘Reina de la Salsa’ o ‘La guarachera de Cuba’ enlutó el mundo del espectáculo y paralizó la ciudad de Nueva York.

Después de su muerte, su cuerpo embalsamado fue llevado a Miami y Nueva York, de tal manera que todos pudieran rendirle homenaje. Su sepelio reunió a más de 150 mil personas en Miami, y similar cantidad en Nueva York.

El sepelio en Nueva York constituyó el más grande que recuerda esa ciudad, superando incluso al de Judy Garland en el año 1969.

Y no es para menos, ya que esta artista no solo puso a bailar a los latinos con su son y guarachas, sino que recorrió el mundo y cantó en español con llenos totales en estadios y coliseos de Rusia, China, Corea, Grecia, Holanda, entre otros.

Álbumes como ‘La Candela’, ‘Azúcar negra’, ‘Azúcar!’, ‘Boleros’, ‘Siempre Viviré, ‘La negra tiene tumbao’ y ‘Regalo del Alma’ fueron platino y diamante en varios países incluidos lo de no habla hispana.

Nació en La Habana el 21 de octubre de 1925 bajo el nombre de Celia de la Caridad Cruz Alfonso en el barrio de Santos Suárez. Hija de fogonero de los ferrocarriles y un ama de casa.

Celia, por ser una de las mayores de tres hermanos y tía de once niños, empezó a cantar temas de cuna con las que también acurrucó a sus vecinos, que se paraban fuera de la ventana de su casa para oírla cantar. Fue así como el nombre de Celia empezó a sonar por las calles de la vieja Habana.

El público la motivó para que participara en programas de canto aficionado en donde fue excluida porque no creían que sea una principiante. Fue así como ella fue a pedir una oportunidad de cantar en la Sonora Matancera tras la salida de Myrta Silva.

Celia audicionó y lo demás ya es historia. Desde 1950 hasta 1965 la cantante salsera inmortalizó temas emblemáticos no solo de esa agrupación sino de la música tropical latina como ‘Burundanga’, ‘Caramelos’, ‘El yerbero moderno’, ‘Tu voz’, ‘Ritmo tambó y flores’, ‘Pa’ la paloma’, ‘Nuevo ritmo omelenkó’, ‘Vallán vallende’, ‘La sopa en botella’, entre otros éxitos.

Estando en México junto a la Sonora Matancera, Celia recibió la noticia de que su padre murió y después su madre, Celia no pudo regresar al velorio de ellos debido a que ese año inició la revolución cubana y quedaron suspendidos todos los viajes hacia la isla.

Ella decidió radicarse en Nueva York y se casó con Pedro Knight, quien luego se convirtiera en su manager, arreglista y director personal. En esa ciudad conoció a Tito Puente y ambos trabajaron juntos.

A partir de ese momento, Celia Cruz recorrió el mundo llevando la salsa a lugares en donde nunca se la había escuchado.  A lo largo de una carrera de más de 50 años en los escenarios, cosechó multitud de éxitos, premios y reconocimientos.

Es poseedora de una estrella en el Paseo de La Fama en Hollywood y Caracas, cinco premios Grammy, doctorados Honoris Causa de tres universidades de Estados Unidos, así como haber recibido en 1994 el premio ‘National Endowment for the Arts’, de manos del entonces presidente Bill Clinton, que constituye el más alto reconocimiento que otorga el gobierno de los Estados Unidos a un artista.

Multitud de discos de oro y platino, una carrera donde grabó más de 80 discos, y fue acompañada por los más grandes cantantes de su tiempo, incluidos muchos de habla no hispana, son muestra del enorme reconocimiento internacional que recibió Celia Cruz, quien justamente fue llamada La Reina de la Salsa.

Compartió escenarios con Fania All Stars, Rocío Jurado, Lola Flores, Gloria Estefan, Gloria Gaynor, Patty Lebelle, Olga Guillot, Julio Iglesias, Tito Puente, Jhonny Pacheco, Willie Colón, Óscar de León, Raphael, Vicente Fernández, entre otros.

En el cine, Celia Cruz participó en películas como Salón México (1948), Rincón criollo (1950), Una gallega en La Habana (1955), De espaldas (1955), ¡Olé, Cuba! (1956), Affair in Havana (1957), Amorcito corazón (1961), Salsa!! (1988), The Mambo King’s (1992) y The Pérez Family (1995). Valentina (1993) y El alma no tiene color (1997) fueron las dos únicas telenovelas en las que actuó con gran éxito.