Tus ojos, mis ojos es su álbum más reciente
Axel suena más pop sin perder la sensibilidad
Cada canción del disco Tus ojos, mis ojos es tan variada como la estación de un viaje donde cada parada tiene un paisaje distinto.
Y ese efecto causan tracks como ‘Mis ojos’, ‘Somos uno’ o ‘Afinidad’, el sencillo que el argentino Axel escogió para empezar a promocionar su sexto trabajo en estudio. De hecho, por esa razón él estuvo de visita por Guayaquil y Quito hace menos de una semana.
Son tan diferentes el uno del otro. ‘Mis ojos’ suena muy country. Ahí el uso del banjo es evidente como estructura instrumental, aunque con el desarrollo de la canción se convierte en pop, sin quitarle la esencia de bluegrass, quizás algo parecido a las primeras canciones de la canadiense Shania Twain.
“Crecí escuchando de todo un poco. Hubo una época en que en casa se oía mucho el country de Kenny Rogers, el folclor de Chango Nieto y Jaime Dávalos o el rock de los Beatles”, refiere.
‘Somos uno’, en cambio, explora el lado folclórico del autor de éxitos como ‘Celebra la vida’. De hecho, el cantautor nacido el 1 de enero de 1977 en Rafael Calzada, Buenos Aires, reconoce que ambas canciones guardan cierta semejanza en cuanto a sonido y a contenido lírico, aunque esta tiene que ver más con igualdad de etnias.
Además, comparte voces con Abel Pintos, perteneciente a la más reciente generación de folcloristas argentinos. Allí Axel toca el ukulele.
Y ‘Afinidad’ aborda la complicidad de una pareja, descrita con un video donde los actores Nicolás Vásquez y Gimena Accardi comparten su real relación sentimental.
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Y en sonido va más allá porque tiene guiños del piano de Paul McCartney, una de las influencias confesas de Axel, quien también es multiintrumentista, como el exbeatle. Ese perfil le permitió tener el control absoluto de su más reciente disco. Apenas es el análisis de tres canciones de un disco que tiene 12.
Eran las siete y media de la noche del miércoles pasado. Su rostro evidenciaba cierto cansancio por el trajín. Se había levantado a las seis de la mañana y apenas tuvo tiempo para almorzar.
Aun así la sencillez, con la que vino a Guayaquil por primera vez en 2003 permanece intacta. No hay momento en que no interactúe con sus fans, a través de sus Facebook, Twitter e Instagram.
“Manejo personalmente mis cuentas. Recuerdo una anécdota reciente. Cuando Chile quedó campeón de la Copa América felicité a sus hinchas, pero mucha gente de mi país me consideró poco argentino. Yo les explicaba lo contrario. Aun así, todo el intercambio de mensajes quedó en paz. Habitualmente envío mensajes personalizados a los fans, especialmente si me entero de sus cumpleaños”, relata el argentino de origen holandés por Witteveen, su apellido paterno.
Intérprete de ‘Mi corazón es tuyo’ junto al trío mexicano Kaay, Axel considera que Tus ojos, mis ojos se diferencia de otros discos porque estuvo completamente inmerso en la producción.
“En mis trabajos anteriores colaboré en arreglos, pero ahora estuve metido de lleno y en mi propio estudio. Grababa en Estados Unidos y no era lo mismo que el productor captara tu esencia completamente. Es un álbum lleno de energía, que apenas tiene 4 baladas. Y aunque es muy pop y movido, no pierde la sensibilidad porque el amor se lo puede expresar de distintas formas, no necesariamente a través de una pareja. Puede ser de hermandad, solidaridad o familia. Yo lo que trato es de escribir metáforas simples, con lenguaje cotidiano”, sostiene Axel, quien inicialmente compuso 20 canciones para el disco, de las que escogió 15 para grabar, aunque solamente quedaron 12 para su publicación.
“Las tres canciones que no entraron estarán en el siguiente disco. Tendrán la misma energía que el actual”, añade el músico, quien admite que desde Universo, donde consta ‘Celebra la vida’, empezó la transición del baladista de discos como ‘Mi forma de amar’ o ‘Amo’.
En Tus ojos, mis ojos hay un espacio para Amelia, la segunda de los 3 hijos que tiene Axel. A ella le dedica ‘Duerme ya’, canción que surgió de la forma más espontánea y que tiene un sutil solo de saxofón.
“No planifico un tema específico. Simplemente se dan. Mi madre falleció recientemente y aún debo asimilarlo. No puedo imponerme a escribir una canción si no estoy listo”, explica el músico, quien antes de grabar se tomó más de un año para viajar a las montañas donde asegura que adquirió las energías que se reflejan en el disco Tus ojos, mis ojos, que tiene otras canciones como ‘Dame un beso’, que tiene una onda retro, de ‘ye-ye’ de los 60 y que el próximo 16 de octubre tocará en Quito con sus baladas de siempre. Pero esa será otra historia. (I)