El compositor y bandoneonista argentino Ástor Piazzolla está más presente que nunca en el Festival de Tango de Buenos Aires, que le dedica varios homenajes en el vigésimo aniversario de su muerte, entre ellas una exposición que retrata sus vertientes “íntima y universal”.

El compositor, nacido el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata (400 kilómetros al sur de Buenos Aires) y fallecido el 4 de julio de 1992 en la capital argentina, tiene durante las semanas más importantes del tango en la ciudad porteña un ciclo con varios conciertos que se unen a la muestra fotográfica, titulada “Ástor Piazzolla: íntimo y universal”.

En un espacio oscuro, las imágenes de Piazzolla se ubican en dos paneles contrapuestos, que retratan por una parte al compositor en su aspecto más público, con imágenes de recitales, con sus conjuntos y a través de portadas de periódicos sobre sus actuaciones en todo el mundo; frente a imágenes más íntimas y familiares.

“La muestra se llama ‘Íntimo y personal’ porque retrata a Ástor en diferentes momentos de su vida, desde bebé hasta el momento de máxima proyección profesional”, indicó la comisaria de la exposición, Alejandra Ponce de León.

Las fotografías, muchas de ellas inéditas y facilitadas tanto por la Fundación Piazzolla como por la familia del artista, forman parte de una selección más extensa inaugurada en Mar del Plata en marzo pasado, y que pretende transitar por otras ciudades argentinas y llegar a Uruguay, según explicaron sus responsables.

Gracias a la muestra, salen a la luz imágenes curiosas e interesantes como varias de la niñez del compositor en la que se le ve con sus padres, inmigrantes italianos que llegaron a Argentina en los años veinte, unas fotografías “muy tiernas” para Ponce de León, en la que se les retrata como “una familia de clase media”.

“En el ámbito público, a mí me encanta la fotografía en la que está con el quinteto, en la que él está en primer plano con el resto de integrantes. Es una imagen con mucha fuerza”, describió la comisario de la muestra sobre una imagen de los años ochenta en la que aparece el compositor con una de sus formaciones.

La figura de Piazzolla no está exenta de polémica en un espacio como el Festival de Tango, en el que muchos de los aficionados ‘tangueros’ procedentes de las ‘milongas’, los salones urbanos en los que se baila tango en Buenos Aires, le repudian como compositor por haber roto la ortodoxia del tango bailable.

“Más de uno ha dicho que lo que hizo Piazzolla no es tango. Para mí él revolucionó la óptica ‘tanguera’, interpretó con los mejores: (Aníbal) Troilo, (Roberto) Goyeneche... Si él hubiera sido mediocre jamás podría haber estado con esta gente”, defendió Ponce de León.

A la exposición se unen varios conciertos en el marco del Festival del Tango, agrupados como “Ciclo Piazzolla”, que supone una continuación a todo un año de recuerdo por el vigésimo aniversario de la muerte del compositor y en el que participa su familia, según explicó a Efe Gustavo Mozzi, director artístico del festival.

“El ‘Año Piazzolla’ marca uno de los ciclos fundamentales del festival, con actividades en las que interviene su nieto, Daniel ‘Pipi’ Piazzolla, además de los músicos que tocaron con él en sus diferentes formaciones”, apuntó Mozzi en referencia a los conciertos “Piazzolla electrónico”.

En estos recitales, el nieto del compositor, hoy batería de la banda de jazz “Escafandrum”, recreará el Octeto Electrónico formado por su abuelo en los setenta, en el que se acercó incluso al rock, para interpretar las “Cuatro Estaciones Porteñas” del compositor, con arreglos del pianista Nicolás Guerschberg.

Junto a estos conciertos “electrónicos”, también habrá una versión más reposada a cargo del pianista Horacio Lavandera, que presentará el próximo sábado 25 un concierto con obras señeras del compositor marplatense como “Libertango” o “Adiós Nonino”.

Con estas propuestas, el Festival de Tango tiene a Piazzolla más presente que nunca y cumple con su intención de generar “nuevas propuestas” y seguir “abriendo el espectro y la frontera del tango”, con uno de sus principales transgresores, agregó el director del Festival de Tango de Buenos Aires.