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El Telégrafo
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“Maddog”: El software debe ser de los usuarios

“Maddog”: El software  debe ser de los usuarios
24 de septiembre de 2012 - 00:00

Bastante abrigado y con un semblante sobrio, Jon “Maddog” Hall llegó al Campus Party, el pasado sábado. El invitado,   uno de los “padres” de Linux y quien mantiene una perenne defensa al uso del software libre,  fue ovacionado por los campuseros.

“Maddog” señaló que el objetivo principal es crear una industria de software  en Ecuador, porque están enviando  grandes cantidades de dinero a compañías en Estados Unidos o Europa a cambio de programas.  El linuxero confía en que los desarrolladores nacionales que utilizan  software libre capten la atención de los inversionistas que ahora compran sus aplicaciones en el exterior.

El software libre es de dominio público,  ¿pero es seguro este tipo de programas frente al ataque de hackers?

No hay en ningún lado, ya sea con software libre o privado, una computadora que sea ciento por ciento  segura.

La diferencia es que con software libre tú puedes arreglar tus problemas de seguridad de manera instantánea o puedes contratar a alguien que  encuentre una solución de manera inmediata. Con el software privado hay que esperar que el creador del software invente el “parche”(actualización) y si ese creador ya no actualiza el software no vas a poder arreglar tus problemas de seguridad. Por ejemplo, si utilizas Windows millenium porque te gusta y Microsoft dice “ya no vamos a solventar ese software”, no hay una manera de actualizar ni arreglar el programa y nadie lo podrá hacer porque es privado.

¿Cómo ve usted el papel que está desempeñando Microsoft con los usuarios de la computación?

Aparte del hecho que Microsoft ha privatizado sus programas, la  compañía ha sido declarada culpable en los Estados Unidos por violar la ley al ser un monopolio y hacer ciertas cosas. Pero esta empresa ha hecho tanto dinero que simplemente pagan para seguir rompiendo la ley.

Tengo un problema con las compañías que rompen las leyes y que no dejan de actuar de esa manera. Simplemente dicen: “Ok, estamos haciendo mucho dinero, así que estamos bien”. Y no cambian.

¿De qué manera podemos detener o combatir este tipo de empresas si siguen creciendo?

Si todos utilizan software libre, Microsoft deberá  cambiar sus políticas de negocios. Dejará de romper reglas y obedecerá la ley.

Esto sería bueno. Pero  no solo es Microsoft, sino cualquier empresa que privatiza el software y no te da otra opción para que el usuario   escoja.

El Gobierno ecuatoriano ha creado un marco jurídico para promover el uso de software libre, ¿cómo ve este tipo de emprendimiento?

Es genial y aplaudo eso. Pero tienen que crear más  leyes. Dentro de las universidades deben  entrenar a profesionales que usen software libre, para que ellos trabajen con este tipo de programas para ayudar a sus compañías y al Gobierno a usar y tener una mejor solución informática. Apoyo la iniciativa, pero hay que convertir las palabras en acciones que impulsen la liberación de las transnacionales.

¿Cuándo se convirtió en un activista del software libre?

Soy programador desde 1969, es decir hace 43 años. En esa época no teníamos software cerrado, todo era  libre. Antes  tenías tu programa y  si surgía un problema acudías a un programador para que lo solucione,  según  lo necesitara el usuario.

Al final  el software seguía siendo de tu propiedad porque tú pagabas por él y tú podías modificarlo las veces que quisieras. Las cosas cambiaron desde 1977 hasta 1980, ahí es cuando IBM y Apple aparecen y surgen las tiendas de computadoras. Pero yo nunca fui parte de eso porque en  las empresas que yo trabajé no estaban en eso.

¿Usted cree que es posible dejar de depender de las transnacionales?

Sí es posible y, además, es necesario  porque el software privado sirve por un período corto de tiempo. Antes una computadora valía $ 30.000  y no la usaban todos, solo  los  ejecutivos porque sabía cómo hacerlo. Ahora   cuestan menos  y las usan  las secretarias y los niños.

Ahora el problema es que las nuevas  generaciones de computadoras serán más baratas, pero nadie sabrá cómo usarlas. Nosotros vivimos en un mundo artificial rodeado de máquinas, pero no hay máquinas en el Amazonas,  África ni en las zonas rurales de   India o China.

La gente muy pobre no tiene computadoras, ellos deben  ingeniárselas para saber cómo usarlas. Nosotros debemos crear un software que esté en su lenguaje, que ellos puedan trabajar, que se adapte a lo que ellos necesiten y eso no sucederá con Microsoft ni con Oracle porque ellos dirán: “Lo siento, yo no voy a gastar mi dinero en enseñarte a cómo usar mi software”. Debemos ser capaces de darles un software que se ajuste a las necesidades de todos.

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