Las marcas se blindan ante la piratería de cartuchos de tinta
A lo largo de la avenida Delta (donde se ubica la Universidad de Guayaquil) hay diez locales comerciales que se dedican a la venta de cartuchos para impresoras y todo tipo de accesorios para computadoras.
“Rellenamos el cartucho con la condición de que no sea más de la tercera vez porque caso contrario se daña”, afirmó el vendedor de uno de los comercios de la zona, cuando ofrecía su producto a los clientes.
Al preguntarle sobre la diferencia entre rellenar y comprar un cartucho nuevo, uno de los comerciantes que prefirió no identificarse respondió que, prácticamente, no existe. “Es lo mismo (en cuanto a calidad), solo que imprime menos copias”, argumentó. Sin embargo, la diferencia de precios es evidente: llenar un cartucho usado apenas cuesta 2,50 dólares y comprar un tacho de tinta nuevo para la impresora tiene un valor de $ 20.
Caminando por la Delta hacia el sur, en la acera izquierda, en Tungurahua y Quisquís, está ubicado otro local comercial donde venden cartuchos aparentemente originales para impresora y, además, le dan al usuario la posibilidad de rellenarlo.
“Traiga el cartucho. Aquí lo rellenamos, no hay diferencia con comprar uno nuevo”, aseguró el dueño de la tienda.
La vitrina del local estaba llena de accesorios para impresora. El vendedor se acercó a los tachos de tinta y dijo: “Puede comprar uno verificado, pero tiene que traerme el número de cartucho que es”.
Según HP (Hewlett-Packard Company), firma norteamericana dedicada a la venta de equipos de computación y suministros, la falsificación de insumos de impresión tiene un impacto anual de 3.000 millones de dólares en el mundo.
“El problema es que se engaña al cliente vendiéndole algo como si fuera un producto original, cuando es un suministro usado, rellenado y que no va a rendir igual”, aseguró Matías Rodríguez-Peña , gerente local de Ventas y Marketing de HP.
Esta empresa viene desde hace diez años tratando de emplear nuevas formas de evitar la falsificación de sus productos; entre esos, los cartuchos para impresoras.
Por eso, la compañía, que maneja el 50% del mercado de suministros para computadoras en Ecuador, emprendió hace un año una campaña denominada “Programa antipiratería”.
El objetivo de HP es enseñar a los consumidores a diferenciar entre un artículo original y uno “pirateado”.
“Si el cliente logra diferenciar entre lo verdadero y la falsificación, ya será su decisión escoger. Pero nosotros estamos en contra de que se lo engañe haciéndole pasar algo como producto HP cuando en realidad no lo es”, reiteró Rodríguez-Peña.
El ejecutivo explicó que hay varias formas de identificar un artículo falsificado. Primero, se debe observar que la presentación de la caja o del embalaje sea nítida, al igual que las impresiones que vienen en ella.
Además, cada producto de esta compañía lleva el sello de seguridad que contiene un código alfanumérico en su lado derecho, un código QR, y es holográfico.
“El código QR permite que con su celular inteligente pueda escanearlo y verificar si el producto es original antes de comprarlo”, explica Andrés Delgado, supervisor de cuenta y programa Antipiratería de HP. Este proceso se llama “Mobile Authentication”. Si no tiene un dispositivo móvil, entonces puede mediante su computador entrar a la página de HP e ingresar el código alfanumérico para confirmar que el producto es auténtico.
Estas características de autenticidad han sido estandarizadas por otras firmas. Lexmark presentó en junio pasado en Quito los distintivos que identifican a sus cartuchos de tinta, para que los compradores puedan distinguir uno original de uno trucado.
En cuanto al sello de seguridad holográfico, si se mueve hacia arriba o abajo la palabra “ok” y un “visto” se moverán hacia el lado contrario, mientras que si se lo hace para la izquierda o derecha, irán para el mismo lado.
Los directivos también recomendaron hacer la compra de este tipo de insumos en lugares conocidos y no en locales “clandestinos” o ferias donde rebajan los costos.
“Si le dicen que el cartucho es original pero descontinuado o si el precio es mucho más bajo de lo normal, lo más probable es que se trate de un producto falsificado, porque la empresa no baja el costo de sus productos en gran medida”, aclaró Delgado.
El ejecutivo hace énfasis en que un producto que no es original resulta de mala calidad, contrario a lo que pueda asegurarse en las tiendas que ofrecen “relleno”, por ejemplo. Hay que tomar en cuenta que este tipo de cartuchos rellenados causa fallos o derrames del suministro y ello a su vez daña la impresora.
El mercado de los cartuchos resulta atractivo porque la mayoría de estudiantes deben imprimir sus deberes a diario.
Datos del Servicio de Aduanas señalan que el mercado de suministros de impresión para computadoras vendió 78 millones de dólares en 2010.
El mercado creció y en 2011 cerró con 80 millones. Hasta junio de este año, este segmento cerró importaciones por 40 millones de dólares.