Google no pertenece al Dow Jones, pero su caída en los mercados bursátiles de Nueva York fue evidente cuando la gigante de la internet se desplomó un 8% después de difundir por error, antes de lo previsto, unos resultados que desvelaban una caída del beneficio del 20%

El pasado jueves la firma de Sillicon Valley tuvo la peor de sus jornadas cuando un fallo de la imprenta RR Donnelley causó que se publicara con cuatro horas de antelación el informe con los resultados pertenecientes al tercer trimestre.

Las cifras fueron el detonante de la agitada sesión en la que las acciones de Google llegaron a estar suspendidas durante dos horas y media. Al final de la jornada, Google cerró con una caída del 8,01 por ciento, lo que equivale a una pérdida de capitalización de 24.000 millones de dólares.

La mala jugada de Google pudo ser peor, pero las cifras, en realidad, no resultaron tan alarmantes. Sin embargo, las expectativas más elevadas suponían un contrapeso inflexible. Es por ello que la gigante de la internet logró un beneficio neto de 2.176 millones de dólares, un 20,3% por debajo del que obtuvo en el mismo período del año anterior y más de un 15% inferior al marcado por consenso.

Cuarenta minutos antes del cierre de la sesión, sus acciones volvieron a cambiarse de manos en el mercado neoyorquino, pero no corrieron mejor suerte, puesto que acabaron con un desplome del 8,01%, de forma que perdió en una sola jornada unos 24.000 millones de dólares de capitalización bursátil.

El jueves negro que vivió Google puso a temblar a los inversores neoyorquinos, quienes habían celebrado precisamente este mes que Google hubiese logrado superar por primera vez en su historia a su rival Microsoft en términos de capitalización y convertirse en la segunda tecnológica más valiosa del mundo después de Apple.

Pero Microsoft tampoco trajo el pasado jueves buenas noticias hasta Wall Street, puesto que publicó (eso sí, después del cierre) que su beneficio neto cayó el 22% interanual entre julio y septiembre pasados, hasta quedar en los 4.466 millones de dólares, por lo que sus acciones perdían el 1,27% en las operaciones electrónicas.

La pifia de Google dio argumentos a los vendedores en una jornada en la que además presionaron a la baja el fuerte aumento en 46.000 de las solicitudes de subsidio por desempleo en Estados Unidos la semana pasada y la ralentización de la economía china, que creció el 7,4% en el tercer trimestre del año.

Todo ello consiguió botar por la borda el buen recibimiento que habían tenido las cuentas de dos componentes del Dow Jones (el mayor indicador bursátil de Wall Street), la aseguradora Travelers y la operadora de telefonía Verizon, que lideraron las ganancias de ese índice con unas subidas de hasta 3,59%.

Ayer, la firma de California logró subir el 0,58 % y recuperar parte del terreno perdido el pasado jueves. El jueves negro de Google se suma a los desastrozos estrenos de las tecnológicas en los mercados bursátiles de Nueva York.

En junio, los inversionistas vieron como la solidez de Facebook se transformaba en un desastre ante la presión del mercado y su precio cayó a un vacío del que aún ahora le cuesta levantarse a Mark Zuckerberg, su fundador.