El ordenador AlphaGo de Google vence por tercera vez al genio chino del go
El superordenador AlphaGo de Google venció el sábado por tercera vez consecutiva al genio chino del go, el milenario juego de estrategia, y dejará ahora de medirse con humanos, indicó su desarrollador.
AlphaGo se impuso nuevamente a Ke Jie, de 19 años, en el último partido de una serie de tres disputados esta semana en Wuzhen, en el este de China.
Según su desarrollador, DeepMind Technologies, una filial de Google especializada en la inteligencia artificial y establecida en Londres, este fue el último partido de AlphaGo contra un humano.
Los informáticos que desarrollaron el programa van a "trabajar en nuevos desafíos y desarrollar algoritmos que puedan un día ayudar a los investigadores a resolver algunos de los problemas más complejos que enfrentamos" en el ambiente médico, explicó Demis Hassabis, fundador de DeepMind.
AlphaGo ya causó sensación el año pasado al derrotar por cuatro partidas a una al gran maestro surcoreano Lee Se-Dol. Era la primera vez que un programa informático aplastaba a un gran jugador de go.
La victoria de AlphaGo fue saludada como un nuevo paso tecnológico para los ordenadores, no solamente capaces ahora de conducir automóviles sino también de ayudar a la humanidad a resolver algunos de los problemas científicos, técnicos o médicos más arduos. AlphaGo está además dotado de algoritmos que le permiten aprender de sus experiencias.
Ya en 1997, el campeón del mundo de ajedrez Garry Kasparov fue vencido por el ordenador Deep Blue de IBM.
Pero el desafío parecía más difícil para una máquina en el caso del muy complejo juego del go, cuyo tablero (19 x 19 líneas) ofrece un número incalculable de configuraciones -más que el número de átomos en el universo- y su desarrollo obedece a conceptos estratégicos que van más allá del simple cálculo matemático, por poderoso que sea este.
De ahí que la intuición y la creatividad sean necesarias para ganar en este juego a un muy alto nivel. Y hasta ahora se consideraba que en estos dos ámbitos el ser humano era necesariamente superior a la máquina. (I)