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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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EE.UU. enfrenta nueva burbuja económica, ahora de las patentes

El precio de las patentes se dispara. Esto para los expertos en producción tecnológica no es una buena cosa.

Después de todo, Google, el gigante de la Internet, está pagando doce mil quinientos millones de dólares por la firma Motorola y su inmenso portafolio de patentes en telefonía móvil, mientras que el pasado julio un grupo antiGoogle pagó cuatro mil quinientos millones de dólares por las patentes de Nortel (empresa de software y tecnologías de la comunicación). Según los entendidos, el precio fue exagerado, en otras palabras la patente de Nortel estuvo sobrevalorada.

En este lucrativo negocio, compañías mundialmente famosas como Interdigital, Kodak u otras están empeñadas en encontrar  compradores para sus portafolios de patentes, lo que indica que enfrentamos una nueva burbuja financiera, esta vez la de las patentes.

Pensando en el precio de las marcas, las compañías de tecnología invierten miles de millones de dólares en valor agregado,  necesario particularmente para defenderse de los crecientes litigios por patentes. Son miles de millones de dólares que Google, Apple, Microsoft y otras no van a invertir en productos, trabajos o instalaciones nuevas o incluso en otras actividades  productivas. En su mayoría no van a usar esas patentes para crear nuevos productos.

Por ejemplo, Google lo está haciendo con el único propósito de proteger a su marca estrella que es su teléfono inteligente Android de reclamos por patentes de sus contrincantes. Mirando los miles de millones de dólares gastados solo en los pasados meses, queda claro que -hasta ahora- el alto costo de las patentes se vuelca en contra de los ciudadanos. La reciente reforma a la Ley de Patentes aprobada por el Congreso de Estados Unidos tampoco ayuda, no regula el mercado que se infla tal cual sucedió con la burbuja inmobiliaria.

El inversionista Fred Wilson ha protestado largamente en contra de las patentes de software, puesto que el creciente costo de los litigios por patentes se acumula en impuestos para las innovaciones, problema que afecta especialmente a pequeños emprendimientos. Pero ese impuesto a la innovación también les está pesando fuerte a las grandes compañías de tecnología como se compueba en los precios pagados por Motorola y Nortel.

Contra  patentes de tecnología

Por ahora existen dos argumentos en contra de las patentes de tecnología. Una tiene que ver con la naturaleza de la innovación en la industria de la tecnología, la cual es diferente a la de inventos y otras industrias como las farmacéuticas. La otra tiene que ver con el auge de especuladores (trolls) de patentes, que se dedican a acumular patentes con el único propósito de atacar a compañías que realmente trabajan y producen.

Los productos de tecnología y particularmente los de software no son creados de la nada. Siempre tienen su base en tecnologías previas y se mejoran sobre ellas. Pero lo que una persona común puede considerar mejoramiento, un abogado de patentes va a considerar como una violación de patente.

El reto está en descubrir qué patentes puede estar violando un producto nuevo, y es prácticamente una tarea imposible lograr esto. Un simple teléfono inteligente (smartphone), por ejemplo, puede acarrear unos 250.000 reclamos por supuestas violaciones de patentes, los cuales pueden o no ser válidos, pero que en el proceso legal causan  demasiado daño. El hecho de que la Oficina de Patentes apruebe una cantidad exorbitante de estas, una  gran mayoría sin sentido, tampoco ayuda en el asunto.

Las patentes fueron concebidas inicialmente para proteger a los inventores-gente y compañías que contribuían al progreso de la sociedad creando nuevos productos. Pero en la pasada década algo se distorsionó. Las patentes cada vez más se convierten en armas financieras y legales para ser amasadas en portafolios de entidades que no producen nada (patent trolls) usadas para extorsionar a compañías productivas. Los expertos afirman también que la mayoría del dinero ganado en las disputas por patentes termina en las manos de los “patents trolls” (especuladores o bullies de las patentes). La mínima ganancia en estas luchas es de seis millones de dólares. (tomado y traducido de www.techcrunch.com)

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