En septiembre del año pasado Dhairya Dand, estudiante del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), terminó sin saberlo en un hospital por tomarse unos tragos en una fiesta a la que asistió.

El incidente que lo llevó a “una laguna inducida por el alcohol”, como Dand indica en un video que publicó hace poco no solo lo llevó a darse el susto de su vida, sino que lo hizo desarrollar un invento.

Se trata de los cubos de hielo que avisan al consumidor de alcohol en qué momento debe parar.

El estudiante explicó que cada cubo tiene en su interior un diodo emisor de luz (o LED, por sus siglas en inglés), un receptor de infrarrojo, una batería y un acelerómetro.

Este último dispositivo es el que se encarga de calcular el número de sorbos que la persona toma y guardar la información con un cronómetro.

Con eso estima el nivel de intoxicación del consumidor -es decir, la cantidad de alcohol que ha ingerido- y hace que cambie el color de los LED.

El proyecto del investigador ha tenido, en general, aceptación en varios blogs de tecnología. No obstante, hay quienes piensan que se equivoca al generalizar los efectos que el alcohol tiene en cada uno de los consumidores.