Amazon abre al público su tienda sin cajeros
El gigante del comercio digital Amazon abrió al público general Amazon Go, el supermercado sin líneas de caja, cuyo debut anunció para principios de 2017, pero tuvo que retrasarlo por supuestos problemas técnicos.
El establecimiento, ubicado a pie de calle en la sede de Amazon en Seattle, en el estado de Washington, ha estado disponible en pruebas para sus empleados desde diciembre de 2016, cuando la firma reveló sus planes de expansión en el sector alimentario y el desarrollo de otros formatos de tienda.
Amazon Go ocupa una superficie de 170 metros cuadrados y dispone de comidas preparadas para el desayuno, el almuerzo o la cena; una selección de ensaladas, sándwiches y refrescos; vinos y cervezas, y algunos productos frescos, como carne.
Según el video donde indica su fecha de apertura, los clientes pueden entrar utilizando una aplicación móvil como llave de acceso y ver el cargo de la factura de su compra nada más salir, sin pasar por los habituales cajeros.
La tecnología que hace posible el funcionamiento de la tienda es parecida a la que utilizan los coches sin conductor y pasa por la visión computarizada, los sensores y el aprendizaje profundo, explica la compañía.
El vicepresidente de tecnología de Amazon Go, Dilip Kumar, dijo a The Wall Street Journal, la semana pasada, que los empleados han entrenado esa tecnología para que funcione. “Un experimento que pertenece al amplio esfuerzo de la compañía para reinventar cómo compran los consumidores”.
Precisamente fueron los problemas técnicos con la tecnología que cobra automáticamente a los clientes al salir del establecimiento, que Amazon llama “Just Walk Out”, los que obligaron a la firma a aplazar la apertura.
Las cámaras, sensores y algoritmos que siguen a los compradores y rastrean los productos fallaban cuando había mucha gente o se movían rápido, explicó en su momento el Journal, algo sobre lo que Amazon no se ha pronunciado.
Según Kumar, Amazon esperaba abrir pronto la tienda para tener más tráfico y probar la tecnología, pero decidió que tenía suficientes empleados para enseñar al sistema, que ahora identifica mejor los objetos y sigue los ritmos y patrones de los compradores, algo complicado cuando se trata de grupos grandes. (I)