“El respeto es el principal valor que me han inculcado. Con respeto, toda nuestra educación tiene buenas bases”, ese es el criterio de Felipe Moya (17 años), estudiante de sexto curso del Colegio William Shakespeare, quien aseguró estar listo para enfrentar nuevos retos académicos cuando egrese de la institución.

Felipe ingresó en 2004 y es el abanderado del colegio. Está orgulloso de ser portaestandarte, no solo por haber tenido buenas calificaciones sino porque se trata de un colegio muy competitivo. “Los profesores  nos preparan para las universidades nacionales y extranjeras porque aquí hay programas internacionales”.

Este estudiante se refirió al Advanced Placement Program (AP), un sistema de bachillerato internacional liderado por el College Board, institución estadounidense conformada por más de 5.400 colegios y universidades. Su objetivo es formar a estudiantes con un nivel avanzado para acceder sin dificultad a las universidades del mundo.

Otras alumnas más bien miran al colegio como un sitio de integración. “Siempre festejamos el Día de la Amistad, Navidad, carnaval y nos contactamos con otras instituciones porque participamos en intercolegiales”, comentó Ana Torres (14 años).

Ese rigor académico es el que le ha permitido a la institución recibir diferentes reconocimientos. El pasado martes, las autoridades festejaron sus primeros 20 años de vida institucional. El acto se desarrolló en el auditorio del colegio, en presencia del vicepresidente Lenín Moreno, el procurador del Estado, Diego García, y el asambleísta Andrés Páez, quien acudió en representación del presidente de la Asamblea, Fernando Cordero.

Durante el homenaje, Páez hizo entrega de  la condecoración de la Asamblea Vicente Rocafuerte al mérito educativo, estipulada el 12 de febrero de 2012.  Humberto Herrera, director del plantel, agradeció a los padres por la confianza que han depositado en el personal para la formación de sus hijos. “Les aseguramos que no vamos a defraudarlos, porque aquí no toleramos antivalores”.

El colegio se creó en abril de 1992,  en el Valle de Tumbaco. El primer año, la comunidad académica se conformó con 115 alumnos; en la actualidad tiene 500 familias y ha graduado a 13 promociones de bachilleres.

Ana Gabriela Moya egresó del colegio hace dos años. Actualmente se encuentra en la Universidad San Francisco estudiando Hospitalidad y dio fe de la calidad de  todo lo que ha aprendido. “Tenemos excelentes bases en materias como literatura e inglés. Me siento orgullosa de todo lo que estudiamos”.

Durante el acto, Herrera también agradeció a los maestros que han participado en el proceso del colegio desde el principio de su fundación. Los estudiantes dieron sentidos aplausos a los docentes Lucía Tamariz, Aida Galarza, César Vaca y Rolando Carrión.

Tamariz señaló que la base de ese prestigio se debe ante todo a la convivencia. “Los estudiantes -especialmente los niños- nos enseñan mucho porque están en contacto con la tecnología. Son maduros, muy críticos y me han nutrido mucho en el camino recorrido”.