Whatsapp, una herramienta de doble filo para el amor
Melissa Mendoza, 29 años, diseñadora de moda, relata que su relación sentimental era como un cuento de hadas lleno de magia, feliz de haber encontrado a su “príncipe azul”; pero se volvió tormentosa en el momento en que Fernando, su pareja, empezó a controlar cuándo se conectaba o desconectaba del Whatsapp y otras redes sociales como el Facebook y el Twitter. “Tenía siete meses de noviazgo con él, pero me cansé de la situación, pues incluso aprovechó un momento de mis vacaciones para decirme a través de la red social que ya tenía a otra persona”, explica Mendoza.
Como ella, este es uno de los casos que se presentan a nivel mundial, donde 28 millones de parejas han puesto fin a sus relaciones por la dependencia y el uso frecuente del Whatsapp, según un estudio realizado por CyberPsychology.
La psicóloga y terapeuta familiar Blanca Zea Alvarado manifiesta que los principales causantes para que se generen estos conflictos amorosos son la falta de confianza y los celos excesivos durante la relación, por lo que aconseja que antes de formalizar un romance, las parejas deben darse un tiempo para conocerse.
Para Zea, estas “pugnas amorosas” son parte de una moda o tendencia que vive la sociedad actualmente con el desarrollo de la tecnología. "Muchas parejas en mi consulta opinan que ‘la moda no incomoda’ y mantienen una relación a larga distancia a través de las redes sociales. Lo que no toman en cuenta es que esta forma de comunicación, a largo plazo, termina con la intervención de una tercera persona. Es como andar a ciegas, uno no sabe si está con alguien más”, señala la especialista.
Es una regla elemental mirar a la persona cuando se habla, por lo que se debe dejar el móvilZea dice que estos problemas “cyberamorosos” tienen un trasfondo patológico, pues las personas que son infieles y mienten durante su relación han tenido un deterioro en su personalidad desde la infancia. “Esta aplicación de mensajería provoca todo lo contrario a lo que muchos esperan; falta de comunicación por querer hacer las cosas de forma más rápida y breve, explica la terapeuta familiar.
El sociólogo Carlos Benítez refiere que utilizar Whatsapp tiene ventajas obvias: es rápido, simple y gratis. Sin embargo, menciona que es muy importante que la pareja tenga contacto visual mientras habla. “No pueden cambiar la comunicación tradicional por los mensajes de texto en las redes sociales. Es una regla elemental mirar a la persona cuando se habla, por lo que deben dejar el teléfono móvil a un lado mientras dialogan”, indica el experto.
Según Benítez, las conversaciones digitales son un terreno fértil para el engaño, porque la gente puede ocultar fácilmente su identidad y sus mensajes aparecen con frecuencia creíbles.
Conforme a un estudio realizado por la Universidad de Brigham Young, alumnos del instituto participaron respondiendo 30 preguntas cada uno y mintiendo en algunas respuestas. Los investigadores determinaron que en las respuestas que eran mentira las personas tardaron 10% más de tiempo y realizaron más ediciones al momento de contestar.
Aún así, no se debe considerar que no es conveniente asumir inmediatamente que alguien miente solo porque tarda más de lo habitual en responder.
Andrés Rendón, de 19 años, estudiante de economía en la Universidad Estatal de Guayaquil, confiesa que también fue víctima de las redes sociales durante su relación sentimetal.
Rendón, indica que su enamorada era la típica “celópata” que lo acosaba si no le respondía los mensajes del Whatsapp. “Ella miraba los doble vistos que le salía en el Whatsapp y enseguida me llamaba si no le respondía. Antes era una relación asfixiante, pero hemos sabido sobrellevar la situación”, enfatiza Rendón.