Voluntarios brindan los primeros auxilios
Provistos de los elementos básicos de primeros auxilios (suero fisiológico, gasas, alcohol), al menos 20 voluntarios de distintas carreras sanitarias de la Universidad Central forman parte de los socorristas que durante las manifestaciones ayudan a mitigar la asfixia.
Uno de ellos es Alexander Heredia, alumno de cuarto semestre de Radiología, quien este jueves 10 de octubre de 2019 por segundo día consecutivo socorrió a los heridos.
Con agua y bicarbonato o vinagre limpia los golpes e intenta estabilizar a quienes caen desesperados por huir de las bombas lacrimógenas. Tuvo que suturar heridas y hasta extraer perdigones.
Ellos están para ayudar sin distinción de bando y su única protección son los mandiles blancos y la mascarilla que no son garantía para salir ilesos porque muchas bombas lacrimógenas han rozado sus pies.
Sus servicios lo prestan en veredas, calles y a veces en alguna vivienda que la gente les facilita. “Cuando es algo más grave son los paramédicos quienes con camillas trasladan a los pacientes a las unidades de salud”.
Por la mañana se organizan en la Casa de la Cultura (centro de Quito) y por la tarde su ritmo se intensifica cuando acompañan las marchas en el Centro Histórico, donde se distribuyen en puntos estratégicos.
Esta confrontación le ha permitido reflexionar: “Vamos a empezar a perder la poca humanidad que nos queda cuando dejemos de luchar y velar por lo correcto”.
Yuri Mendoza es psicóloga clínica e integrante de las brigadas socorristas de paz; ella este jueves 10 de octubre de 2019 organizó a los estudiantes voluntarios que acudieron al Ágora.
Cuenta que es la segunda ocasión, luego del terremomoto de abril de 2016, que se activan este tipo de brigadas de colaboración médica. “Este es un momento complicado y queremos ayudar lo más que podamos”.
Ella distribuye de forma equitativa los grupos donde un médico o un paramédico graduado deben ser la cabeza para encargar a cada integrante la función a cumplir. “La idea es no repetir tareas y facilitar que llegue la ayuda sobre todo en momentos conflictivos”.
Su primera recomendación para los voluntarios es llevar una botella de agua con bicarbonato para poder empapar una tela y respirar con normalidad en el momento de las bombas lacrimógenas. Además les pidió sablón (antiséptico) que ayuda en lugar de alcohol. (I)