Los chicos salieron de méxico y su destino final es la cumbre de cambio del clima en Perú
Una caravana climática de 6 jóvenes que intercambia vivencias por Sudamérica
Un bus Ford de la década del 80, algo desteñido por el tiempo y refaccionado por dentro, es el componente principal de un grupo de profesionales identificado con la naturaleza y la tierra. Ellos están interesados en conocer las realidades de los países de Centro y Sudamérica para llevar sus voce y propuestas a la Cumbre de Cambio Climático (COP20), organizada por las Naciones Unidas, que se desarrollará en diciembre próximo en Lima.
Este grupo, conformado por 6 personas, se autodenomina ‘Caravana Climática’ y partió hace 8 meses desde México. Aunque la meta fue recorrer 17 naciones, solo pasarán por 11 por el poco tiempo que falta para culminar el proyecto en territorio peruano.
El automotor da la facilidad para que sus ocupantes descansen al interior y tomar baños secos (en el que no se utiliza agua sino materiales que descomponen los excrementos sin contaminar). También para prepararse alguna bebida para el frío o la sed.
El bus, que también se desplaza con diésel, tiene un sistema para que funcione con la inyección de aceite de comida usado el que recolectan para abaratar los costos.
El automotor tiene un larga trayectoria entre los estados de México, ya que ha sido el centro para conocer y debatir temas agrarios y sociales que involucran a varias comunidades marginadas por los gobiernos.
Con ese ideal y para saber más de otras latitudes pasaron por Guatemala, Venezuela, Colombia y luego por Ecuador.
En cada localidad, por los contactos con distintas comunidades, así como con grupos sociales y ecológicos, reciben ayuda para costearse el hospedaje y la alimentación. “Por fortuna en cuanto a comida no hemos tenido mayor inconveniente. Hubo momentos complicados en Honduras porque la comunidad misma no tiene como cultivar por la contaminación y pasamos días sin comer, pero, en cambio, en Venezuela recibimos mucha ayuda y compensamos esos días de hambre”, expresa la mexicana Lucía Ramírez.
Tienen, además, una página web a través de la cual reciben donaciones de distintos valores que van desde $1. Así lograron reunir $ 5.000 que necesitaron para que el bus traspase el tramo de Centro a Sudamérica a través de barco. Un donante les entregó $ 1.000.
“Nosotros además hacemos publicaciones, videos y comercializamos stickers, pinturas de los trabajos que realizamos para poder solventarnos. También nos toca poner de nuestro bolsillo porque no estamos en busca de auspicios de empresas para que nos solventen los gastos, sino de que exista un respeto a la naturaleza real de los gobiernos”, cuenta Braulio Hidalgo, otro mexicano.
Agrega que no han hecho un cálculo exacto de cuánto cuesta este recorrido. “Seguramente si consideramos el valor de nuestro trabajo como honorarios entonces el valor sería sumamente elevado”.
El grupo está compuesto de 3 ‘aztecas’, un ecuatoriano, una colombiana y una brasileña. En el paso por Ecuador les llamó la atención la inclusión en la Constitución nacional de varios aspectos relacionados con la naturaleza.
“Acá el combustible es muy barato y creo que por eso hay más acceso al vehículo particular y eso a su vez implica que todo lo que sucede alrededor genera problemas mayores sobre todo de contaminación”, indica Braulio.
En cada sitio que visitan recogen testimonios que son parte de un informe que elaboran y lo presentan para que otros conozcan esa realidad no expuesta.
Esta semana se dirigirán a Cajamarca (Perú) y ahí estarán hasta finales de año que concluirán este proyecto.