Las estrellas del fútbol Pelé y Maradona; los cantantes Julio Iglesias, Celia Cruz, Roberto Carlos; el boxeador Muhammad Ali; los presidentes Hugo Chávez, Fidel Castro, Rafael Correa, la ex miss universo María Gabriela Isler y decenas de otros personajes. Todos han recibido en diferentes años un retrato elaborado por el caricaturista José Rodríguez Vélez, más conocido en el medio como ‘Pepín’.

La constancia de los encuentros está plasmada en fotografías, blanco y negro y a color, que conserva con mucho cuidado. Pero de toda esa colección hay una que guarda de manera especial.

Es aquella captada en 1985, cuando tuvo la oportunidad de entregarle al papa Juan Pablo II un retrato pintado en óleo, de él, de la máxima autoridad de la Iglesia católica. En ese entonces, la amistad con el cardenal Bernardino Echeverría le permitió estar en la nómina de las personas que le entregaron ofrendas al Papa.

La misma hazaña la repitió hace tres semanas, cuando el papa Francisco visitó Ecuador. Llegar al Pontífice no fue fácil. Relata que tuvo  que viajar desde su natal Quevedo, en la provincia de Los Ríos, para tratar de llegar a la primera fila y entregarle al Pontífice un cuadro. “El párroco de Quevedo me dice ‘Pepín’, usted va y si no le puede entregar en Samanes, va donde (el padre) Paquito, al colegio Javier y le puede entregar ahí”, cuenta.

A las 21:00 del domingo, antes de la misa, llegó al Parque Samanes. Luego de haber pasado tres filtros de seguridad, se detuvo. “Me dijeron  que usted no está registrado y así venga el Presidente de la República usted no puede pasar porque no está en la lista”.

Ya decepcionado, salió del sitio y a las 22:00 retornó desde la terminal de la ciudad hasta su tierra. “Llegué a las 02:00 y me acosté a dormir. Me levanté a las 04:00 y a las 05:00 salí con el cuadro a Quito”.

A la capital arribó al mediodía y no pasó desapercibido. Reporteros de medios extranjeros de Francia, Alemania,Estados Unidos y España le hicieron varias entrevistas sobre su propósito de llegar al Papa para entregarle el cuadro. La prensa local también se hizo eco y ‘Pepín’ asegura que con mayor razón debía cumplir con su hazaña.

Cuando Francisco terminó las actividades en Guayaquil y retornó a la capital, ‘Pepín’ quiso entrar al Palacio de Carondelet para entregarle el cuadro, pero tampoco pudo acceder. Entonces decidió esperar en los exteriores de la catedral hasta que el Papa termine su mensaje.

“Cuando el Papa bajaba, una persona de la seguridad me pregunta si le iba a entregar el cuadro, al responderle que sí, me dijo que él se lo iba entregar por mí; pero le dije: discúlpeme, yo se lo quiero entregar personalmente y hace 30 años yo también le entregué un presente al Papa”, dice ‘Pepín’.

Fue entonces cuando le mostró una copia de la foto con Juan Pablo II y ese acto se convirtió en su boleto de entrada.

Después de su larga travesía pudo hablar con el Papa y lo primero que le dijo fue: “Su Santidad, este cuadro es en nombre de todos los artistas del Ecuador”, y le obsequió la foto que tenía con Juan Pablo II.

La primera reacción del Papa al ver el cuadro fue: “Me has captado muy bien, eres un buen artista, te felicito” y le dio la bendición.

El retrato fue elaborado en carboncillo, pero le dio un toque de color. Se demoró dos semanas en realizarlo y su inspiración fue una foto que se publicó en una revista local. Pepín cuenta que la escogió porque asegura que en la mirada de aquella imagen, el Papa transmite sencillez, sinceridad y humildad.

Esta experiencia al igual que las otras, asegura que se lo debe a su trabajo. Ya son más de 50 años en los que se ha desempeñado como caricaturista, incluso ha tenido la oportunidad de prestar su talento a medios escritos y televisivos.

Además es el autor del personaje cívico del cantón Quevedo, ‘Timoteo’, así como del escudo del Deportivo Quevedo. También ha recibido varias condecoraciones de diferentes entidades, como la que en 1998 le dio el Congreso Nacional, un reconocimiento por haber cumplido 30 años de labores.

Todo fue como un sueño cumplido para ‘Pepín’. Asegura que desde pequeño descubrió el arte, cuando en el tiempo libre de su trabajo como lustrabotas dibujaba  animales y a las personas que pasaban por el lugar.

Por eso su formación académica la inició en Guayaquil y continuó con su preparación con cursos de dibujo humorístico y de televisión en Estados Unidos y España.

‘Pepín’ sostiene que quisiera que su vida sea llevada al cine para ser ejemplo de los niños del Ecuador y anhela tener una escuela de Bellas Artes. Por ahora se encuentra trabajando en la elaboración de un libro con 200 caricaturas, del que aún se encuentra consiguiendo financiamiento. (I)