TINI apuesta al cariño y a la responsabilidad
La parroquia de Tumbaco fue fundada en 1670. Atravesada por los ríos Machángara, San Pedro, Guayllabamba, Pisque, Chiche y Guambi, este valle es un sitio privilegiado.
En la antigüedad estuvo poblada por los ayllus, cayapas, colorados y paeces. En las épocas precolombina y colonial, Tumbaco fue un centro de intercambio entre la Sierra y el Oriente, y el paso obligado para comerciantes y visitantes.
Su clima cálido-seco lo convierte en un lugar accesible para el turismo y el cultivo de cereales, hortalizas, flores y frutas.
Educa, forma e instruye
En Tumbaco, como ejemplo de educación integral, la escuela Víctor Manuel Peñaherrera, desde 1937, promueve emprendimientos que permiten a la comunidad educativa vivir en armonía con la naturaleza.
Como referente de la enseñanza en Tumbaco, educa a la niñez y juventud, con fundamento en valores, como el respeto, la consideración hacia el prójimo, la responsabilidad, la disciplina y el cariño.
Forma, educa e instruye a estudiantes, tanto en el ámbito científico como en las humanidades.
Innovación
Al ser un referente, la escuela Víctor Manuel Peñaherrera impulsa una educación integral, con la participación de la comunidad educativa del plantel, que se integra a proyectos innovadores que promueven los conocimientos a través de la acción ecológica.
Uno de esos emprendimientos es TINI (Tierra de Niños), un proyecto en el que participan los estudiantes de primero a décimo año de educación básica, tanto matutina como vespertina. Tiene como directriz el amor y responsabilidad frente a la naturaleza.
Espacios verdes
Se han dispuesto espacios para el sembrío y cosecha de diversidad de plantas, como el maíz, la frutilla, la manzanilla, el orégano, entre otros, que incentivan a la comunidad educativa el cuidado y cariño a los espacios verdes.
El proyecto TINI se ha convertido en un símbolo de la institución, por el trabajo en equipo, el respeto a la naturaleza y los aprendizajes.
Como resultado, la tierra nos devuelve el cariño con frutos generosos que permiten nuestra existencia, y la hacen más dichosa, pues podemos compartirlos con los demás. (I)
La planta docente de la institución brinda calidad y calidez para la formación del alumnado en cada una de las jornadas educativas. Foto: Cortesía Escuela Víctor Manuel Peñaherrera