Terapistas usan prácticas atípicas contra el dolor
Hipnosis, acupuntura, terapia neural y otros tratamientos como la homeopatía son algunos de los métodos alternativos y complementarios que diferentes médicos utilizan desde hace varios años para tratar dolencias relacionadas con el dolor.
De acuerdo con el Centro Nacional de Medicina -entidad adscrita al Departamento de Servicio Humano y de Salud de los Estados Unidos que avala estas prácticas- estos procedimientos terapéuticos son un conjunto de ejercicios de curación y se diferencian por su uso individual, o en conjunto, con la medicina convencional.
“La hipnosis no es una práctica alternativa sino complementaria. Debe hacerse con otras ramas médicas y, sobre todo, hay que estudiar si es factible que se realice con el paciente, dependiendo de su cuadro clínico”, resaltó el especialista.
Ruiz señaló que la hipnosis es reconocida por la Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés), que la considera una ciencia y que debe estudiarse dentro de la psicología, tal como recomienda la Unesco en un listado de categorías científicas.
“Este es un procedimiento mediante el cual un profesional de la salud -psicólogo clínico, psiquiatra, médico o investigador-, sugiere al paciente cambios en sus sensaciones, percepciones, pensamientos o conductas”, explicó el experto.
El médico detalla que el efecto de la hipnosis, sin importar el nivel de profundidad de la misma, es cambiar el foco de atención del paciente. “Por ejemplo, una persona tiene toda su atención en el dolor que padece. Cuando cambias ese interés a otras zonas, como cuando uno se distrae conversando, el malestar disminuye”.
Ruiz sostiene que algunas de las patologías en las que se puede aplicar esta técnica son las lumbalgias, dolores de cabeza, malestares producidos por cáncer, y en las cirugías, pero con hipnosis profunda. “Mientras más fuerte sea el dolor o más complicado el procedimiento quirúrgico al que deberá ser sometido el paciente, más honda será la hipnosis. Ésta se divide en tres niveles: leve, medio y profunda”, dijo.
La acupuntura es otra de las alternativas que se utilizan en lugar de la medicina tradicional. “Se trata de una filosofía basada en conceptos espirituales. En la medicina china se tiene la creencia de que el cuerpo está atravesado por canales de energía o meridianos, que llevan los nombres de diferentes órganos, como estómago, hígado, páncreas, entre otros”, indica Marco Antonio Rovayo, ginecólogo especializado en embarazos de alto riesgo, y acupunturista desde hace 3 años, quien estudió esta técnica 5 años atrás cuando viajó a Brasil para obtener una maestría.
El experto explica que esta ciencia de 5.000 años enseña que cada meridiano tiene puntos determinados en el cuerpo, que son ubicados a raíz de una serie de preguntas que se realiza al paciente sobre su historia clínica. Con esa información se colocan agujas en los sitios correspondientes a la dolencia para estimular la curación del organismo. “Este tipo de tratamiento produce cambios fisiológicos. Aumenta la secreción de endorfinas y de serotonina, mejora la microcirculación sanguínea, entre otras sensaciones beneficiosas. Calmar el dolor es solo una pequeña parte de lo que hace la acupuntura”, comenta el galeno.
Rovayo indica que pueden tratarse muchas patologías como hipertensión, diabetes, hipotiroidismo, entre otras enfermedades. Aún como médico, le parece un misterio la acción de las agujas en el cuerpo. “Uno aprende que ellas armonizan los canales. No se puede explicar porque es algo espiritual. Por eso a la acupuntura se la considera una terapia holística. Este concepto se refiere a que trata el cuerpo de forma integral”.
La terapia neural es también otra opción para las personas que desean salir del formato tradicional de medicamentos y exámenes de laboratorio.
Víctor García, especialista con 12 años utilizando este tratamiento, manifiesta que se trata de una práctica de regulación, es decir, que normaliza las funciones biológicas del cuerpo.
Esto se logra mediante pápulas, es decir, agujas especiales bajo la piel que se colocan en pequeños puntos con procaína pura o impletol -un anestésico local con o sin cafeína, que funciona como estímulo neural terapéutico-. “Esta terapia repolariza el voltaje de todas las células. Normalmente, cada una tiene entre 40 y 90 minivoltios. Cuando una célula despolarizada no se regula bien, su voltaje disminuye al igual que su umbral de dolor”, señala el doctor.
García menciona que esta terapia se aplica en zonas denominadas “campos interferentes”, porque están despolarizadas de forma crónica y afectan órganos distantes del punto del dolor.
Esta técnica -que se diferencia de la acupuntura por la aplicación directa de una medicación- utiliza ciertos niveles de electricidad, el estudio de la hoja clínica y un examen de tono muscular para detectar la raíz de la enfermedad.