El taita Andrés Quindi protege el uso del Kichwa
“En la lengua expresamos el alma y la filosofía de la cultura. Esta frase la llevo en lo más profundo de mi corazón porque soy descendiente de una sabiduría milenaria, llena de mitos y encantos como es la cultura cañari-kichwa”.
Así se expresa el taita Andrés Quindi, originario de la provincia de Cañar y vicerrector académico del Instituto Superior Pedagógico Quilloac.
Desde 1990, el taita se ha dedicado desde las aulas a la revitalización de la cultura, convirtiéndose en un guardián de sus saberes ancestrales y de la lengua kichwa, que antiguamente era conocida como Runa Shimi: “Runa”, que quiere decir persona y “shimi” que significa lengua, es decir, lengua de la persona.
Su empeño por difundir este idioma lo ha llevado a recopilar información y a elaborar folletos y material didáctico en los que aborda temas como vocabulario, gramática, aspectos lingüísticos y literatura oral auténtica narrada por su padre, su madre y por miembros de la comuna de Quilloac, donde reside.
Pero su labor como docente le ha permitido avanzar junto con la tecnología y articular proyectos digitales para enseñar el kichwa mediante juegos electrónicos y aplicaciones.
Actualmente labora en Chimborazo con 180 docentes de la Universidad Nacional de Educación, UNAE, en la carrera de Profesionalización.
“Dentro de esa malla curricular consta el aprendizaje y desarrollo del kichwa, trabajando de manera virtual y, a la vez, brindando la asistencia y orientación presencial”, explicó el docente.
Considera que la enseñanza desde la niñez es una motivación y un impulso para que después los niños busquen la manera de intercalar el kichwa con el español. “Tengo colegas que son economistas, arquitectos, ingenieros y no ha sido una traba para ellos el kichwa”, subraya.
Quindi no descarta la esperanza de encontrar el apoyo necesario para publicar sus recopilaciones y folletos, para contribuir con la difusión del idioma.
Cifras
El censo del INEC de 2010 determinó que hay 591.448 kichwa hablantes en el país. Pero el uso de las lenguas nativas entre los menores de 12 años que se autocalificaron como indígenas ha disminuido.
En el censo de 2001, el 60,1% de los niños con menos de 12 años hablaba en su lengua nativa. Mientras que en el de 2010, solo lo hacía el 57,5% de estos menores.
El vicerrector académico del Instituto Quilloac señala que una de las grandes dificultades para preservar la lengua es la falta de empoderamiento de parte de los padres de familia.
“Muchos piensan que el kichwa no sirve en la casa y lo dejan de enseñar, desde ahí parte el aprendizaje o no de la lengua. Si los padres supieran la importancia que tiene una lengua no se estaría perdiendo tanto”, puntualiza.
Publicación
La falta del traspaso generacional del kichwa, de padres a hijos y la falta de identidad cultural son factores analizados por el docente otavaleño Ariruma Kowii, en su libro (In)visibilización del kichwa.
De su investigación realizada en comunidades de Cañar, Chimborazo, Cotopaxi Imbabura, Pastaza y Tungurahua, el docente señala que solo el 23,7% se comunica en kichwa.
Kowii sostiene que debe existir interés en las comunidades por promover la enseñanza del kichwa en jóvenes que ya casi no lo hablan.
Destaca que “a pesar de la violencia del sistema colonial y republicano, y del fenómeno de la globalización, el kichwa ha logrado mantenerse vigente y sus hablantes adquieren cada vez mayor conciencia sobre su importancia”.
En este contexto, taita Quindi considera que se debe concienciar primero a los padres de familia, de forma que se pueda impulsar y fortalecer el aprendizaje de esta lengua. (I)