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El Telégrafo
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Solo existen 19 cóndores andino en cautiverio (VIDEO)

Solo existen 19 cóndores andino en cautiverio (VIDEO)
21 de noviembre de 2013 - 00:00 - Ramón Núñez

Auki (macho) tiene 25 años y Kawasay (hembra) alrededor de la misma edad. Ambos cóndores se conocieron en el zoológico de Guayllabamba, al norte de Quito. “Esta pareja adulta está en un lugar amplio con una cueva construida con piedras que utilizan como nido y donde está el huevo”, explica Juan Manuel Carrión, director del zoológico.

De Auki y Kawasay se espera que nazca un polluelo que será parte de la población disminuida de cóndores andinos en Ecuador. “Al momento existen, aproximadamente, 50 cóndores libres y 19 en cautiverio”, agrega Carrión.

El cóndor andino está amenazado por la pérdida de su hábitat, reducción de alimento y la cacería.

 

El martes se cumplieron 60 días de incubación y en el zoológico esperan que hasta el domingo nazca la cría. Según Carrión, el tiempo normal de incubación es de 55 a 60 días, pero el nacimiento puede demorarse tal cual ocurre en los humanos. Los otros 2 hijos de la pareja, Huayra -de 3 años- y Killari -de 1 año y medio-, se encuentran en espacios que no están en exhibición al público.

“Si pasados los 65 días no se produce la eclosión, tendríamos que ver qué pasa. Podría ser que hayan puesto un huevo infértil, lo cual dudamos porque normalmente las aves lo detectan a los pocos días de incubarlo y lo desechan”, indica Carrión.

Luego de nacer, el pichón ya tiene destino. Según autoridades del zoológico, la intención es reinsertarlo a la vida silvestre.

En cuanto haya crecido la cría de Auki y Kawasay, será ubicada en un nuevo espacio, donde estará hasta que sus alas se hayan desarrollado, en aproxidamente 4 o 5 meses. Después de un año y medio será colocada junto a sus 2 hermanos (también nacidos en cautiverio) en una guarida por construirse en la zona del Antisana. Ahí los 3 individuos serán monitoreados hasta que puedan vivir solos y finalmente se los pueda dejar en libertad. “Liberaremos a los 3 porque  forman una unidad, un grupo que así puede defenderse mejor de cualquier problema”, explica Carrión.

Importancia del cóndor
“El nacimiento de un animal silvestre en manejo ex-situ (zoológicos y otros centros de manejo) siempre es importante, más aún cuando se trata de una especie que se encuentra en peligro de extinción, como el cóndor andino”, expresa Francisco Prieto, director nacional de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente (MAE).

El MAE posee registros de nidos en estado silvestre, como el caso del ubicado en el Antisanilla el año pasado. Esta es una de las regiones (Reserva Ecológica Antisana, Reserva Yanahurco, Parque Nacional Cotopaxi) que alberga la mayor población de cóndores en el país.

Al ser el ave más grande del mundo, el cóndor andino no solo es significativo para las comunidades ancestrales, también lo es para el equilibrio del ecosistema.

Biológicamente el cóndor es miembro de la familia “Cathartidae o Catártidos”, palabra derivada del griego kathartes que significa ‘el que limpia’. Esto explica su función en el ambiente: Al ser una especie carroñera, se alimenta de cadáveres de animales, lo que permite controlar las poblaciones de especies.

Al consumir especies muertas, el cóndor también elimina de forma natural fuentes de contacto de enfermedades y focos de contaminación. Con su afilado pico puede romper huesos de vaca y animales grandes, posibilitando que otras aves carroñeras se alimenten.

Debido a su función biológica en el ambiente, el MAE con otras instituciones investigadoras desarrollaron la Estrategia Nacional para la Conservación del Cóndor Andino, la cual destaca los lineamientos y ámbitos de trabajo para la conservación y manejo de la especie.

“Gracias a la estrategia se ha podido conformar un grupo de trabajo especializado en la investigación del cóndor andino”, dice Prieto. Este grupo monitorea, por ejemplo, la población de la especie en la zona del Antisanilla. “También hay esfuerzos para que los cóndores rescatados sean liberados, como ocurrió con ‘Felipe’, que ahora es monitoreado de forma satelital, lo cual está dando información de los lugares que frecuenta. Esto nos ayuda a determinar amenazas”, agrega Prieto. El actual Código Penal establece que cuando se cace, capture o comercialice especies en peligro de extinción, como el cóndor, esta persona será castigada con prisión de 2 a 4 años.

 

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