El cóndor es el mensajero de los dioses y los espíritus
Cuenta la cosmovisión andina que en esta región existieron seres poderosos y divinos, encargados de mostrar las manifestaciones espirituales de los pueblos a través de un tótem (objeto que algunas culturas toman como emblema de una tribu o de un individuo).
Este ente era usado para representar con animales los tres niveles del hombre. El yo inferior o inconsciente, el yo medio y el yo superior. Este último era simbolizado con un cóndor, ave insignia del país.
El sociólogo y antropólogo Dimitri Peñasco cuenta que, en la mitología inca, el cóndor es el mensajero de los dioses y de los espíritus. “No es un dios, pero es venerado como un intercesor o un intermediario. Se lo consideraba como el guía de los muertos hacia el reino del Hanan Pacha (tierra de arriba).
Desde esta percepción y con el paso de los años, la divinidad de esta ave ha ido mutando. Han surgido mitos, cuentos y leyendas. Algunas de ellas han hecho que los habitantes de los páramos crean que un cóndor es capaz de llevarse a una mujer, como lo describe Hernán Rodríguez Castelo en el cuento Pucushca huarmi, publicado en su libro Literatura Ecuatoriana.
Manuel Cañar es chamán y nació en Píntag, suroriente de Quito. En esa zona habitan cóndores silvestres. El hombre de 64 años recuerda que sus abuelos le contaban historias sobre el cóndor.
Creció con la idea de que el ave, por su grandeza en cuanto a tamaño, era capaz de llevar mensajes al cielo. Sin embargo, con el paso del tiempo, las ciudades crecieron y el páramo se fue reduciendo. A esto se sumó que la gente empezó a “echarle la culpa” al cóndor de lo que sucedía con su ganado.
A pesar de que el cóndor es un animal carroñero sí puede cazar. Se lleva presas pequeñas muy rara vez, señala Martín Bustamante, director del Zoológico de Guayllabamba
Para el funcionario, una de las actuales amenazas que vive el cóndor es la presencia de miles de perros ferales. Agrega que estos animales están invadiendo el hábitat del cóndor: el páramo, y son ellos los que atacan al ganado.
Al gran valor cultural que tiene el cóndor se le suma su importante rol en la naturaleza. Su importancia en el ecosistema radica en su función carroñera y procesadora de desperdicios, y en el destino final que da a la materia orgánica de los animales muertos en los páramos. “Es similar a la que los recolectores de basura cumplen en la ciudad.
Sin este servicio, la descomposición podría demorar muchos días y ser un foco de infección”, explica el biólogo Ricardo Carrasco. Para los funcionarios, biólogos e investigadores la educación ambiental es clave para combatir la extinción. (I)