Síndrome de la cara vacía, el miedo a quitarse la mascarilla
Algunas personas sienten recelo a la hora de desprenderse de la mascarilla y no solo es por miedo al contagio, sino también por circunstancias que van desde la timidez a la ansiedad social por sentirse expuestos y es lo que algunos expertos han denominado el “síndrome de la cara vacía”.
Nunca, en dos años de pandemia, la mascarilla había dejado de ser obligatoria en espacios abiertos y cerrados, hasta que el pasado 28 de abril del 2022 en Ecuador se eliminó el uso de la misma. La psicóloga Pilar Conde explica que “la mascarilla nos ha protegido no sólo del virus, sino también de las miradas ajenas, en este punto, de gran ayuda para algunas personas”.
El síndrome de la cara vacía está formado por un conjunto de factores que indican malestar psicológico al ir sin mascarilla cuando están presentes otras personas. No se considera un trastorno ni una enfermedad mental, pero sí es un problema que está en la calle y que tiene que ver con nuestra realidad social actual.
Los factores principales son:
- Sentimiento de vulnerabilidad y desprotección al ir sin mascarilla.
- Ansiedad, miedo y sentirse expuesto por llevar la cara al descubierto.
- Rechazo del contacto social o querer evitar ciertas situaciones.
El físico juega también un papel importante, los adolescentes están en pleno proceso de cambio y de pronto si no han mostrado su rostro en su grupo de amigos ni en redes sociales, van a verse forzados a hacerlo. Dos años es mucho tiempo para esas edades y puede que sientan vergüenza al hacerlo hasta miedo por cómo pueden ser percibidos por el resto, por ende sufrir de alguna manera el síndrome de la cara vacía.
No obstante, los psicólogos están de acuerdo que “unos y otros se irán liberando del malestar sin mayor problema y serán sólo una minoría quienes precisen de ayuda psicológica para superarlo”.
Tampoco hay que olvidar que este síndrome no aplica en todos los casos porque pueden haber perfiles que no se retiren el cubrebocas por temor al contagio del virus y no por inseguridad emocional.
Si una persona padece este fenómeno psicológico, Conde recomienda:
- Quitarse la mascarilla de manera progresiva, tanto en lapso de tiempo, como en los lugares. Empezar en sitios en los que se sientan más seguros e ir escalando.
- Actuar igual en relación a la interacción social. Comenzar por enfrentarnos, primero, a pequeños grupos con los que nos sintamos cómodos e ir avanzando de forma progresiva.
- Aprender que quitándose la mascarilla no ocurre nada grave.
Sergio García Soriano, psicólogo clínico, indica que el síndrome de la cara vacía afecta a la autoestima, pero al mismo tiempo está causado por no aceptar nuestro físico. “Si me acepto, no tengo miedo a mostrarme”, sostiene.
Por este motivo, la mascarilla sirve también para esconder miedos y defectos, algo que afecta especialmente a los adolescentes, quienes están en un proceso de cambio físico y se preocupan por su imagen. “Muchos de ellos tienen inseguridades, sobre todo para ser aceptados por su grupo de iguales”, menciona.
Por ende varios médicos, consideran que el proceso de adaptación ante el retiro del cubrebocas dependerá de cada uno, sin embargo, no se trata de justificar inseguridades en los más jóvenes, si no ayudarlos a encontrar las herramientas adecuadas que les ayuden a superarlas.